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La historia culinaria de la Antigua Grecia no solo se caracterizaba por sus deliciosos platos, sino también por su profunda conexión con la salud y el bienestar a través de una gama de superalimentos.

Entre estos, destaca uno que no solo era valorado por sus propiedades curativas, sino también por su versatilidad en la cocina: el aloe vera, una planta considerada sagrada por los antiguos griegos.

Más allá de ser reconocido como un remedio natural para heridas o picaduras, la sábila ocupaba un lugar destacado en la dieta diaria mediterránea.

El aloe vera: un superalimento en la Antigua Grecia. Fuente: Shutterstock.
El aloe vera: un superalimento en la Antigua Grecia. Fuente: Shutterstock.

¿Qué es el aloe vera?

El aloe vera, también conocido como sábila, es una planta suculenta originaria de la Península Arábiga. Reconocida por sus hojas carnosas y gruesas, ha sido utilizada desde la antigüedad por sus múltiples propiedades medicinales y cosméticas.

El superalimento de los griegos para curar heridas y proteger la salud

El aloe vera era una planta venerada en la Antigua Grecia, considerada un regalo divino por sus propiedades curativas, culinarias y cosméticas.

Los antiguos griegos valoraban especialmente las propiedades curativas del aloe vera para tratar una amplia variedad de dolencias, tales como:

  • Quemaduras
  • Cortes
  • Picaduras de insectos
  • Problemas digestivos
  • Enfermedades de la piel

De esta manera, se le atribuían propiedades:

  • Antiinflamatorias
  • Antisépticas
  • Analgésicas
  • Laxantes

Asimismo, se creía que su consumo regular purificaba la sangre y fortalecía el sistema inmunológico.

El regalo divino que los griegos usaban para tener una salud de hierro. Fuente: Shutterstock.
El regalo divino que los griegos usaban para tener una salud de hierro. Fuente: Shutterstock.

Cómo preparar té de aloe vera

Entre sus usos más populares encontramos el té de aloe vera, una bebida ancestral con un sinfín de beneficios para la salud.

Ingredientes

  • 1 hoja de aloe vera fresca
  • 1 taza de agua
  • Miel o stevia al gusto (opcional)


Preparación

  1. Elige una hoja de aloe vera madura.
  2. Lava la hoja con agua tibia: Elimina cualquier impureza o residuo de tierra.
  3. Corta la hoja por la base y extrae el gel con una cuchara o un cuchillo.
  4. Hierve la taza de agua.
  5. Agrega el gel de aloe vera al agua caliente y remueve hasta que se integre.
  6. Si deseas un sabor más dulce, puedes agregar miel o stevia a gusto.
  7. Cuela la mezcla para eliminar las fibras.