

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) se mantiene expectante ante la evolución de uno de los fenómenos más intrigantes: la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS).
Este evento geomagnético plantea desafíos significativos para la infraestructura tecnológica y los sistemas satelitales en Argentina.

¿Qué implica la Anomalía Magnética del Atlántico Sur?
La Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS) es una región del espacio cercano a la Tierra donde la intensidad del campo magnético terrestre se encuentra notablemente reducida en comparación con otras latitudes.
Este debilitamiento localizado permite la penetración de partículas solares y radiación cósmica de alta energía hacia capas más bajas de la atmósfera, lo que genera vulnerabilidades en sistemas tecnológicos críticos.
Antecedentes y desarrollo del fenómeno
Identificada por primera vez en la década de 1950, la AMAS ha experimentado un desplazamiento gradual hacia el oeste. Actualmente, su área de influencia abarca extensas regiones de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay, situando a estos territorios en una zona de particular vulnerabilidad geomagnética.
El origen de esta anomalía se encuentra en la dinámica del núcleo terrestre, compuesto principalmente por hierro y níquel fundido. El movimiento convectivo de estos materiales genera el campo magnético planetario mediante un proceso conocido como geodinamo. Las irregularidades en este proceso provocan una reducción localizada de la intensidad magnética sobre el Atlántico Sur.

¿Cuál es el impacto potencial en Argentina?
La posición geográfica de Argentina dentro de la zona de máxima afectación de la AMAS presenta múltiples desafíos para la infraestructura tecnológica nacional:
- Aviación comercial. Las aeronaves que atraviesan la zona de la AMAS, especialmente en rutas transoceánicas, pueden enfrentar dificultades en sus sistemas de navegación y comunicación, lo que requiere la implementación de protocolos especiales de contingencia.
- Sistemas de comunicación. Las redes de telefonía móvil y comunicaciones satelitales podrían sufrir interrupciones intermitentes debido a la mayor incidencia de partículas energéticas sobre los sistemas electrónicos.
- Navegación por satélite. Los sistemas de posicionamiento global (GPS) y otros servicios de geolocalización pueden experimentar una degradación en su precisión, afectando tanto aplicaciones civiles como operaciones logísticas críticas.
- Infraestructura satelital. Los satélites que orbitan en esta región enfrentan un riesgo elevado de daños en sus componentes electrónicos, lo que puede resultar en una reducción de su vida útil operativa y la necesidad de maniobras evasivas que consumen combustible.
- Actividad científica. Las mediciones espaciales y observaciones astronómicas realizadas desde territorio argentino pueden verse comprometidas por niveles anómalos de radiación, lo que afecta la precisión de los datos experimentales.



