

En la costa de Baja California Sur, específicamente en la playa El Quemado de Loreto, turistas estadounidenses encontraron un pez remo, una especie poco común y envuelta en numerosas supersticiones. Conocido como el "pez del fin del mundo", se le atribuye la capacidad de presagiar catástrofes naturales.
Esta criatura marina, que habita en aguas profundas, ostenta el título de pez óseo más largo del mundo, pudiendo alcanzar hasta once metros de longitud. Su cuerpo es alargado y plateado, con una distintiva cresta roja brillante en la cabeza, lo que le confiere un aspecto enigmático.

Checa la profecía que puso en alerta al mundo entero, particularmente a los habitantes de México, quienes encontraron al animal en las orillas de la playa.
¿Qué tiene que ver el pez remo con el fin del mundo?
Su apodo proviene de antiguas creencias, especialmente en la cultura japonesa, donde se considera un presagio de terremotos y tsunamis. Según el folclore, cuando un pez remo aparece en la superficie o cerca de la costa, podría estar respondiendo a movimientos tectónicos o alteraciones en el lecho marino, lo que refuerza su asociación con eventos sísmicos.
¿Por qué se le llama "pez del fin del mundo"?
Aunque no existen pruebas científicas que confirmen la relación con su apodo, la aparición de peces remo suele generar inquietud entre las comunidades locales. Sin embargo, los especialistas sostienen que estos avistamientos están más ligados a cambios en las corrientes marinas, problemas de salud o desorientación que los lleva a salir a flote.
A pesar de ello, su apariencia inusual y el misterio que lo rodea mantuvieron viva su fama de presagio de desgracias. La frecuencia con la que fueron hallados recientemente llevó a muchos a interpretarlo como una advertencia de un desastre inminente. Solo el tiempo revelará si hay algo más detrás de estos encuentros.
¿Qué significa el pez en el mundo espiritual?
Existen diversas interpretaciones sobre el significado del símbolo del pez para los primeros cristianos. Una de las teorías sugiere que hacía referencia a la multiplicación de los panes y los peces, el milagro en el que Jesús alimentó a miles de personas, lo que habría convertido esta imagen en un emblema popular entre las comunidades cristianas de la época. También se vinculó con las comidas compartidas por los primeros creyentes e incluso con la Última Cena.
Otra teoría sostiene está relacionado con la manera en que Jesús llamó a sus discípulos, refiriéndose a ellos como "pescadores de hombres".
Una tercera explicación lo asocia con el bautismo por inmersión, una práctica común en la Iglesia primitiva, que pudo haber establecido un vínculo simbólico entre los conversos y los peces.




