

Una misión científica a la Isla de Pascua desenterró algo inesperado: una bacteria desconocida que, años más tarde, originó la rapamicina. El suceso, silencioso durante años, se transformó en un hito de la medicina moderna al convertirse en uno de los medicamentos más investigados del planeta.
Lo que comenzó como una exploración remota terminó dando pie a tratamientos que cambian vidas: desde trasplantes, hasta tratamientos contra el cáncer y el envejecimiento.
A continuación, te contamos cómo un microorganismo oculto en un rincón del Pacífico se convirtió en la base de una revolución.
El descubrimiento en Rapa Nui que revolucionó la ciencia
La expedición conocida como METEI llegó en 1964 a la Isla de Pascua con fines etnográficos y biológicos. Durante su estancia recolectaron más de 200 muestras de suelo y hallaron la bacteria Streptomyces hydroscopicus, sin imaginar su potencial médico.

Años más tarde, los científicos aislaron de esa bacteria la molécula clave que derivó en la rapamicina, un compuesto cuya investigación científica supera los 59,000 estudios.
La relación entre la muestra isleña y el fármaco plantea además preguntas éticas sobre biopiratería y derechos de los pueblos originarios que vieron pasar el hallazgo sin reconocimiento.
Qué es la rapamicina y para qué sirve
También conocida como sirolimus, esta se utilizó primero como inmunosupresor para prevenir el rechazo de órganos tras trasplantes. Aislada de la bacteria Streptomyces hygroscopicus de la Isla de Pascua, este fármaco pasó décadas desapercibido antes de convertirse en un medicamento clave.
Su mecanismo de acción se centra en inhibir la proteína mTOR, esencial para el crecimiento y la proliferación celular. Esto permitió extender su uso a ciertos tipos de cáncer, prevención de obstrucción de stents coronarios y estudios sobre el envejecimiento.
Hoy, la rapamicina se emplea principalmente en trasplantes, tratamientos oncológicos, prevención de complicaciones cardiovasculares y en investigaciones sobre longevidad y enfermedades relacionadas con la edad. Tras varias décadas de historia, sigue siendo un pilar de la ciencia médica y la investigación farmacológica.





