El presidente de Rusia, Vladimir Putin, desechó hoy la posibilidad de enviar militares rusos a Afganistán, a una guerra de "todos contra todos", y subrayó que Moscú "ha aprendido la lección" de la época de la Unión Soviética, cuando se produjo la invasión del país asiático.

Putin reconoció que la situación en Afganistán es "alarmante". "Seguimos de cerca la situación", dijo durante un congreso de su partido, Rusia Unida, donde dejó en claro que no tiene ninguna intención de "interferir" en un "asunto interno", en alusión al caos político afgano.

"Nuestras Fuerzas Armadas no se verán arrastradas a este conflicto de todos contra todos", citó a Putin la agencia de noticias TASS.

Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se mostró receptivo a una posible reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en línea con lo propuesto con otros líderes como el francés Emmanuel Macron.

"Seguimos comprometidos con la tarea de establecer la paz y la estabilidad en Afganistán, para que este territorio no represente una amenaza para toda la región", dijo el jefe de la diplomacia rusa durante una visita a Budapest, según la agencia Sputnik.