Nicaragua es una "dictadura" que carece de cualquier mandato democrático y la situación en el país centroamericano requiere una respuesta regional encendida, dijo hoy Ricardo Zúñiga, un funcionario de alto nivel del Departamento de Estado estadounidense.

Incluso antes de los comicios del domingo pasado, en los que el actual presidente Daniel Ortega resultó reelecto con el 75% de los votos, para un quinto mandato, líderes opositores, Estados Unidos, el Parlamento Europeo y Human Rights Watch los evaluaron de fraudulentos.

Las elecciones se consumaron con siete rivales de Ortega en prisión o bajo arresto domiciliario, y los monitores internacionales, excluidos. Previamente las fuerzas de seguridad nicaragüenses detuvieron a políticos,periodistas y líderes de la sociedad civil en virtud de una reciente y draconiana ley "antitraición".

De su parte, Ortega defendió las detenciones, llamó a sus oponentes "demonios" y "terroristas", y acusó a EE.UU. y sus aliados de conspirar para derrocar a su gobierno.