

En medio de las tensiones globales que existen, hay un país sudamericano que cuenta con un recurso valioso para la producción de industria tecnológica avanzada. A raíz de esto, grandes potencias como China y Estados Unidos se la disputan.
Dentro de la industria minera, Brasil es el país que destaca por tener el mayor depósito de tierras raras de toda América. Por tal motivo, se convirtió en un punto de interés de varias naciones para acceder a un recurso que muchos consideran como "el nuevo petróleo" del siglo XXI.
Este país sudamericano está lleno de recursos minerales que las potencias buscan
Brasil posee la economía más grande de Sudamérica, con un crecimiento que aumentó un 3,4% en 2024, de acuerdo a la Agencia Brasil. Su poder se debe al extenso territorio que tiene y la gran cantidad de recursos naturales que lo convierten en un gran productor de materia prima.

Uno de los puntos más importantes en la riqueza de este país es su gran reserva de tierras raras, que alcanza los 21 millones de toneladas métricas y lo convierten en la segunda nación con más cantidad de esta materia en el planeta por detrás de China.
Sin embargo, la producción no puede igualarse a la de la industria china, dado que en 2024 produjeron 270.000 toneladas métricas, en comparación con apenas 20 toneladas de Brasil.
A raíz de esto, ya confirmaron que la empresa Serra Verde comenzará a explotar el yacimiento Pela Ema y esperan llegar a una producción de 5000 toneladas en 2026. En esta zona, se extraerán tierras magnéticas esenciales, tal como el neodimio, praseodimio, terbio y disprosio.
¿Qué son las tierras raras?
Las tierras raras comprenden 17 elementos de la tabla periódica que cuentan con propiedades magnéticas, electroquímicas y luminiscentes. Se dividen en dos grandes grupos:
- Tierras ligeras: Lantano, Cerio, Presiodimio, Neodimio, Samario, Itrio
- Tierras pesadas: Europio, Gadolinio, Terbio, Disprosio, Holmio, Erbio, Tulio, Iterbio, Lutecio.
Tienen una gran importancia en la producción tecnológica con productos que usamos a diario, como por ejemplo imanes, catalizadores, baterías o electrónica como computadoras. También sirven para complementos de vehículos híbridos y eléctricos, para aplicaciones militares, fibra de vidrio y atención médica.
Estados Unidos y China, los interesados en estos recursos
Tras los aranceles del 50% que Donald Trump aplicó a Brasil, el Gobierno de Lula Da Silva está negociando con la administración norteamericana para la baja de estos impuestos. Y es que estas reservas de minerales podrían ser clave para Estados Unidos para dejar de depender de China y sus cadenas productivas.
Mientras las empresas mineras brasileñas negocian un acuerdo comercial con EE. UU., Lula también dejó en claro en una nota con The New York Times que "el pueblo brasileño debe tener derecho a disfrutar de la riqueza" y que pretende dejar de ser "un país en desarrollo perpetuo".
Asimismo, las ventas de estos recursos a China se triplicó, según un informe reciente del Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC), con compras de 6,7 millones de dólares.
Además de una dependencia económica, Brasil genera preocupación en Washington acerca de la influencia de Xi Jinping en la región sudamericana. A su vez, podría correr riesgo la ventana de negociaciones para los aranceles impuestos.
Ranking de países con más tierras raras
- China: 44 millones de toneladas
- Brasil: 21 millones
- India: 6,9 millones
- Australia: 5,7 millones
- Rusia: 3,8 millones
- Vietnam: 3,5 millones
- Estados Unidos: 1,9 millones
- Groenlandia: 1,5 millones.
¿Argentina tiene tierras raras?
De acuerdo al Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), en Argentina, los yacimientos con mineralizaciones primarias de tierras raras se encuentran en el noroeste, en las provincias de Salta y Jujuy, en la provincia de SanLuis y en el sur de la provincia de Santiago del Estero.
También destacan puntos no evaluados en pegmatitas del distrito Valle Fértil en la provincia de San Juan y mineralizaciones secundarias en Córdoba (río Ctalamuchita) y SanLuis (La Carolina). A su vez, hay concentraciones de niveles arcillosos en la zona de Barker, Buenos Aires.


