

Con el paso del tiempo, las almohadas tienden a mancharse de amarillo, ya sea por el sudor, la humedad o simplemente por el uso diario. Reemplazarlas puede ser costoso, pero existe un método casero y económico que las deja impecables sin necesidad de frotar ni usar productos agresivos.
La clave está en aplicar una técnica probada por expertos en limpieza del hogar que también funciona en prendas con manchas similares.
Paso a paso: el truco para blanquear almohadas manchadas
Según recomiendan especialistas en redes sociales, como "La Ordenatriz", este procedimiento permite recuperar almohadas blancas sin esfuerzo. Solo se necesitan elementos básicos de limpieza y un poco de tiempo:
- Remojo inicial: colocá las almohadas en una bañera (o recipiente grande) con agua a temperatura ambiente y jabón líquido para lavarropas. Dejalas allí durante 4 horas.
- Aplicación del blanqueador: vaciá el agua, agregá agua caliente limpia y espolvoreá percarbonato de sodio directamente sobre las zonas amarillas. Este producto, diferente al bicarbonato, actúa como blanqueador y desinfectante. Dejá actuar otras 4 horas.
- Lavado final: llevá las almohadas al lavarropas y lavalas con la mitad de la dosis habitual de detergente. Elegí un ciclo largo, de al menos 2 horas y media, para garantizar un buen enjuague.
Este método no solo es efectivo, sino que también permite ahorrar dinero y cuidar el ambiente, ya que reutiliza productos que, de otro modo, podrían terminar en la basura.

Precauciones y alternativas
No usar este truco con almohadas de viscoelástica, ya que este tipo de material no debe mojarse. Si no tenés bañera, se puede adaptar el proceso a la lavadora, haciendo pausas manuales para cumplir los tiempos de remojo.
También puede aplicarse a ropa blanca o guardada que presente manchas amarillentas por el paso del tiempo. Este truco casero es ideal para extender la vida útil de las almohadas y mantenerlas limpias sin recurrir a soluciones costosas. Un pequeño esfuerzo que rinde grandes resultados.
La mejor forma de quitar la grasa del horno y las asaderas
El limón es uno de los aliados más potentes a la hora de combatir la grasa leve a moderada. Su alto contenido ácido permite disolver la suciedad sin dañar las superficies.

Cómo usarlo:
- Cortá un limón a la mitad y frotá directamente sobre la zona a limpiar.
- Dejá actuar el jugo durante 10 a 15 minutos.
- Retirá con una esponja húmeda o un paño suave.
- Para mejores resultados, podés calentar el horno a baja temperatura antes de aplicar el limón.
Además de eliminar grasa, el limón deja un aroma agradable que refresca todo el ambiente
Consejos finales para mantener la cocina libre de grasa
- Limpiá el horno después de cada uso o al menos una vez por semana si cocinás con frecuencia.
- Usá bandejas o papel aluminio para evitar que los líquidos caigan directamente en la base.
- Ventilá bien el horno y la cocina tras la limpieza para evitar humedad. Adoptar estos hábitos no solo facilita la limpieza, sino que también extiende la vida útil de los electrodomésticos y mejora la calidad del aire en tu hogar.


