

La memoria, esa función esencial que nos permite recordar experiencias, rostros y conocimientos, tiende a disminuir con el paso de los años.
Sin embargo, un estudio de 10 años, llevado a cabo con más de 29.000 adultos mayores de 60 años como parte del Estudio de Cognición y Envejecimiento de China, ha arrojado resultados reveladores.
Publicado en la prestigiosa revista BMJ, este estudio ha identificado varios hábitos saludables que están directamente relacionados con la reducción de la velocidad de deterioro de la memoria.
Los 4 hábitos claves para una memoria saludable
A continuación, exploraremos en detalle los hábitos identificadospor los investigadores que contribuyen a una memoria más saludable y un menor riesgo de demencia.

El estudio analizó varios aspectos del estilo de vida y su impacto en el envejecimiento de la memoria. Los 4 hábitos identificados son:
- Comer bien y mantener una dieta equilibrada: Uno de los factores clave descubiertos en este estudio es la importancia de una alimentación saludable. Seguir la ingesta recomendada de al menos 7 de 12 alimentos, como frutas, verduras, pescado, carne, lácteos, aceite, huevos, cereales, legumbres, nueces y té, se asoció con beneficios significativos para la memoria.
- Mantenerse activo física y mentalmente: El ejercicio regular, con aproximadamente 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de alta intensidad por semana, se destacó como un hábito crucial. Además, actividades cognitivas como jugar a las cartas, ajedrez o leer un libro al menos 2 veces por semana mostraron ser igualmente beneficiosas.
- Fomentar la vida social: La conexión social activa se reveló como un elemento esencial para el envejecimiento saludable de la memoria. Mantener contacto social al menos 2 veces por semana, ya sea visitando a familiares, asistiendo a reuniones o participando en eventos sociales, demostró ser un factor protector contra el deterioro cognitivo.
- Evitar hábitos perjudiciales: El no fumar y limitar o evitar el consumo de alcohol también se identificaron como hábitos determinantes para preservar la salud mental a medida que envejecemos.

La investigación, que forma parte del Estudio de Cognición y Envejecimiento de China, siguió a más de 29.000 adultos mayores con una función cognitiva normal.
Los resultados son claros: la combinación de múltiples opciones de vida saludables reduce notablemente la velocidad de deterioro de la memoria. Hasta ahora, estudios anteriores no habían podido establecer con tanta claridad la relación entre un estilo de vida saludable y la preservación de la memoria.
Sin embargo, este estudio, gracias a su envergadura y metodología, añade una evidencia sustancial a la teoría de que ciertos hábitos pueden jugar un papel fundamental en el envejecimiento saludable del cerebro.
Es importante destacar que, si bien se sabía que existía una conexión entre la demencia y factores como el aislamiento social y la obesidad, el tamaño y el alcance de este nuevo estudio refuerzan la idea de que un estilo de vida saludable puede ser una herramienta clave para un mejor envejecimiento cerebral.

10 años de seguimiento y descubrimientos clave
El estudio comenzó en 2009, evaluando la función de memoria de los participantes y su genética, específicamente la presencia del gen APOE, un marcador de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.
Durante 10 años, se realizaron evaluaciones periódicas para monitorear el estilo de vida y la memoria de los participantes. Los individuos se clasificaron en grupos según sus hábitos de vida:
- Favorable (4 a 6 factores saludables).
- Promedio (2 a 3 factores).
- Desfavorable (0 a 1 factor).
Cada comportamiento saludable se asoció con una desaceleración en el deterioro de la memoria. Aquellos en el grupo de estilo de vida favorable experimentaron una tasa significativamente más lenta de deterioro de la memoria en comparación con los otros grupos.
Incluso los individuos con predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer mostraron beneficios al adoptar estos hábitos saludables.
El Centro Nacional de Trastornos Neurológicos en Beijing, que llevó a cabo la investigación, destaca que una combinación de comportamientos saludables se asocia con una menor tasa de declive de la memoria en adultos mayores.
Este estudio abre caminos en la prevención de la demencia y el deterioro cognitivo leve. Adoptar estos hábitos saludables podría significar un cambio sustancial en el envejecimiento de la población.


