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Letonia guarda un tesoro arquitectónico que pocos conocen fuera de Europa del Este. Se trata del Palacio de Jelgava, una construcción monumental que se alza sobre la ribera del río Lielupe y que, tras siglos de guerras, incendios y saqueos, logró mantenerse en pie.
Hoy, además de ser un símbolo de la historia báltica, funciona como sede de la Universidad de Ciencias de la Vida y Tecnologías de Letonia, con foco en investigación agrícola y tecnológica.
Este edificio es considerado la obra barroca más importante de los países bálticos. Su historia comienza en el siglo XIII, cuando se construyó una fortaleza para consolidar el dominio cristiano en la región. Con el tiempo, el castillo evolucionó hasta convertirse en la residencia oficial del Ducado de Curlandia y Semigalia.
Un legado barroco que nació en la corte rusa
El gran salto arquitectónico llegó en el siglo XVIII, cuando Ernst Johann Biron, duque de Curlandia, decidió levantar un palacio que rivalizara con las grandes residencias de Europa Central.
Para ello, contrató al arquitecto Francesco Bartolomeo Rastrelli, famoso por sus diseños en San Petersburgo. El resultado fue una estructura en forma de U, con interiores rococó y una galería que conecta con el paisaje natural.
El palacio también alberga la cripta funeraria más grande de Letonia, donde descansan miembros de las casas Kettler y Biron. Esta bóveda, ubicada en el sótano, conserva sarcófagos metálicos y ataúdes de madera que forman parte del patrimonio histórico del país.
Destrucción total y reconstrucción estratégica
Durante el siglo XX, el Palacio de Jelgava enfrentó sus peores momentos. Incendios en 1788, 1805 y 1816 dañaron su estructura, pero fue la Segunda Guerra Mundial la que lo dejó prácticamente en ruinas. En 1944, bombardeos y saqueos destruyeron la decoración original y obligaron a evacuar el edificio.
A pesar de la devastación, parte de la estructura resistió. Entre 1956 y 1964, arquitectos locales iniciaron un proceso de restauración que permitió recuperar las fachadas, galerías y salones principales. En 1939, antes de la guerra, el palacio ya funcionaba como sede de la Academia de Agricultura de Jelgava, lo que facilitó su reconversión posterior.
Actualmente, el Palacio de Jelgava alberga la administración universitaria y las facultades de Agricultura y Tecnología de la Información. También se celebran eventos científicos, culturales y académicos.
En 2018, Letonia conmemoró el 280º aniversario de la colocación de la primera piedra, y desde entonces se impulsaron proyectos de eficiencia energética y embellecimiento arquitectónico.
¿Cómo puedo acceder?
- Ubicación: ciudad de Jelgava, a 45 km de Riga, capital de Letonia.
- Acceso: trenes y buses desde Riga en menos de una hora.
- Horarios: visitas guiadas disponibles todo el año, con reserva previa.
- Recomendación: ideal para quienes buscan turismo cultural, arquitectura barroca y experiencias fuera del circuito tradicional.


