Cambio de reglas de juego a mitad del partido, no cumplir con lo prometido, controles y burocracia excesivos. La historia argentina está plagada de ejemplos de cada una de estas conductas. Y todo tiene un costo en el mundo de los negocios y las finanzas.

La reciente calificación del país como mercado standalone es una muestra de ello. El valor de las empresas que cotizan en la Bolsa porteña -equivalente al de 2008- es otra prueba de que el riesgo argentino existe y castiga a la economía del país.

Hace poco más de un año, el Gobierno cerró un nuevo canje de deuda soberana. El acuerdo, sostenían permitiría hacer frente de mejor manera los vencimientos. Sin embargo, el aire para las cuentas públicas parece haber sido breve. Hoy el mercado ve riesgos considerables de un nuevo default. Y en un mundo con altos niveles de liquidez, los inversores se alejan de la Argentina.

La chilena Falabella es una de las 18 multinacionales que se fueron del país en 2020
La chilena Falabella es una de las 18 multinacionales que se fueron del país en 2020

El nivel de riesgo local, hace que los bonos soberanos tengan un rendimiento superior al 20%. Y no hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos que muestren lo exorbitante de esa tasa. Basta cruzar la cordillera hacia Chile y encontrarse con un país con tasas cercanas al 1% en el corto plazo y del 3,5% en el extremo más largo.

Para las empresas, la falta de seguridad jurídica es un problema mayor. Llegan al país con inversiones millonarias y a mitad de camino, les cambian las reglas tributarias. O no les permiten girar divisas a sus casas matrices.

Esta última es una de las principales preocupaciones de los empresarios. El dinero que ganan en el país no puede puede salir. Y genera situaciones insólitas, como una petroquímica que se convierte en inversora de real estate corporativo a modo de cobertura.

Históricamente, estos vaivenes constantes desalentaban la llegada de capital, pero quienes estaban en la Argentina y conocían el mercado optaban por resistir hasta la llegada de un nuevo ciclo de bonanza.

El año pasado, con la cuarentena, algo cambió. En 2020, al menos 18 multinacionales se fueron del país. Algunas vendieron sus activos a precios inferiores a los que podrían haber obtenido tiempo atrás. Otras, como Latam, directamente cerraron la operación.

Cuando se habla del riesgo país, suele pensarse en bonos y mercados financieros. Pero, en última instancia, el riesgo argentino es el que frena a los inversores de poner su dinero en el país y crear más y mejores empleos.