El invierno con altas temperaturas se está trasladando al mercado cambiario: se recalentó la demanda de cobertura para fin de mes y fines de septiembre. El BCRA salió el martes nuevamente a contener las alzas con ventas que según operadores de bancos fue de u$s 300 millones. La entidad monetaria no brinda datos sobre sus operaciones cambiarias pero el dato es fácil de obtener en pantallas de traders de derivados.
El último día de julio encontró a participantes del Matba Rofex renovando las posturas para fin de agosto pero al no aparecer el BCRA las cotizaciones saltaron cerca de 3% en los contratos de corto plazo. Ayer en la apertura, el BCRA mostró las garras e inmediatamente algunos, a sabiendas que se venía una venta oficial, se apuraron a cerrar posiciones con una utilidad importante en 24 horas.
Esto se da en un contexto en el que predominan las dudas sobre la sostenibilidad del actual esquema cambiario, lo que alimenta la demanda de cobertura. De todas maneras, las medidas adoptadas por el gobierno hace 10 días impulsando el impuesto PAIS para importadores, una devaluación fiscal, mostró que el cierre de dólar a futuro no cubre este tipo de medidas. Lo mismo le aconteció a los compradores de bonos dólar linked.
En las mesas de dinero, en función de este modus operandi oficial, se considera que el gobierno, antes que impulsar una devaluación, es decir una fuerte suba del dólar oficial, podría aumentar el impuesto aplicado a los servicios y a los bienes en general, que son del 25% y del 7,5% tras anuncios recientes. El freno en la actividad económica y la mayor inflación no son obstáculos para reintentar con este accionar.

La capacidad de fuego del BCRA en lo que respecta a operaciones a futuro es muy alta a diferencia de su capacidad de intervención en el MULC (Mercado Único y Libre de Cambios, un mercado que de hecho carece de esos atributos). Cerca de 9.000 millones de dólares según el acuerdo con el FMI es el tope asignado al BCRA pero hay otro límite no menos importante que es el crédito que le asignan los mercados de futuros como el Matba Rofex o el MAE.
Más allá del optimismo del mercado, los inversores todavía tienen turbulencias que superar
Hasta las PASO no se aguardan grandes cambios en lo que respecta al accionar oficial. Seguramente se repetirán las intervenciones oficiales aunque hay una diferencia sustancial frente a lo sucedido con los contratos hasta julio. No pocos operadores se sumaban a las ventas del BCRA para apostar a que se iba a mantener el actual esquema cambiario, algo con alta probabilidad de éxito antes de las PASO. Pero una vez pasadas las elecciones primarias, las dudas crecen y las pérdidas pueden ser importantes en caso de estar "vendido" a fines de agosto y septiembre si se llegara a producir un salto brusco del dólar oficial. Ahora esos vendedores a futuro van a escasear, ante el mayor riesgo imperante.
Hay quienes igualmente arman estructuras financieras como posicionarse en letras o títulos de corto plazo indexados por el dólar oficial y al mismo tiempo cerrar una operación de venta a futuro. Obviamente este tipo de estructuras ofrece alto rendimiento en pesos pero está el riesgo del "soberano", es decir, que el Tesoro no cumple con los pagos de la deuda en pesos indexada en el caso de una devaluación.
Paradójicamente la desconfianza de operadores de que el dólar a futuro sea una adecuada cobertura para importadores juega a favor del BCRA dado que resta demanda. Igual la demanda de base existe. Y por las restricciones adoptadas a los importadores en las últimas horas, la sensación es que el esquema cambiario está operando cerca del límite. Un actor no menor después de las PASO será el FMI y sus desembolsos.
El futuro, y no sólo del dólar, es incierto.




