China está acelerando sus esfuerzos para construir una serie de bancos y corredoras gigantes, en el marco de una campaña para consolidar el sector financiero y hacerlo más resistente a las crisis económicas.
Según datos de la Administración Nacional de Regulación Financiera de China, casi uno de cada veinte bancos rurales del país cerró sus puertas en el último año, como parte de una profunda reestructuración del sector bancario tras una prolongada crisis inmobiliaria.
Por otro lado, datos recopilados por S&P Global Ratings indican que, desde finales de 2023, se produjeron o están en marcha fusiones entreempresas de valores chinas que gestionan más de una quinta parte de los activos del sector.
La campaña de consolidación apunta atransformar el históricamente fragmentado sistema financiero chino y crear unas pocas compañías fuertes y dinámicas capaces de competir con gigantes como JPMorgan y Morgan Stanley.

El presidente Xi Jinping instó anteriormente a los reguladores a "cultivar algunos bancos de inversión y entidades de inversión de primer nivel... para mejorar la eficacia de los servicios financieros en la economía real". El mes pasado, la Comisión Reguladora de Valores de China reiteró la necesidad de "mejorar la competitividad central de los bancos de inversión líderes mediante fusiones y adquisiciones".
George Magnus, asociado del Centro de Estudios Chinos de la Universidad de Oxford, señaló que un sistema con más bancos y corredoras de gran tamaño ayudaría a "dar forma a las políticas financieras de China durante el prolongado período de transición económica que se avecina... y a reducir riesgos en el sistema".
El ritmo acelerado de las fusiones refleja la confianza de las autoridades en que eliminaron los peores riesgos del sistema financiero y ahora pueden prepararlo para respaldar el crecimiento del país.
"Es probable que este proceso se extienda por una década, no solo por un par de años", dijo Ryan Tsang, director general de S&P Global Ratings, quien señaló que probablemente el proceso esté apenas a la mitad. "La clave no es solo reducir la cantidad de instituciones, sino también fortalecer su capacidad para gestionar riesgos".
En los últimos años, Pekín trató de reducir el riesgo de un sistema financiero excesivamente apalancado mediante el cierre de bancos rurales insolventes, una ofensiva contra desarrolladores inmobiliarios endeudados como Evergrande y la presión sobre gobiernos locales para reestructurar sus deudas.
Como resultado, "el sistema financiero de China está en su punto más estable de la última década", afirmó Richard Xu, analista financiero de Morgan Stanley. "El momento parece adecuado para avanzar en la racionalización del sector y mejorar su eficiencia".

En 2025, los analistas esperan más fusiones entre corredoras estatales, compañías fiduciarias y grupos de leasing financiero, ya que las autoridades buscan crear instituciones más eficientes y competitivas.
Tras años de crecimiento impulsado por el crédito, las autoridades buscan reconfigurar la economía. En este proceso, planean reducir la cantidad de bancos. Los 3.603 bancos rurales de China representan cerca del 95% de los prestamistas del país, pero solo gestionan el 13,3% de los activos totales.
Las corredoras también fueron afectadas por el colapso en las operaciones de mercado. "Podríamos ver reestructuraciones más amplias que involucren a varias corredoras bajo un mismo gestor estatal de activos", explicó Karen Wu, analista de CreditSights en Singapur.
En Shanghái, sede de seis corredoras estatales supervisadas por el gestor estatal de activos local Sasac, los reguladores impulsan la fusión entre dos de los bancos de inversión más antiguos del país: Guotai Junan y Haitong Securities, según anuncios públicos y documentos de las compañías.
A medida que Pekín reconfigura sus instituciones para enfrentar una economía global más volátil, los analistas anticipan también una mayor intervención del gobierno central en decisiones bancarias, como préstamos internacionales, reestructuración de deuda en países de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y el uso del renminbi, la moneda oficial del país.
"En todas estas funciones, las finanzas chinas van a medirse con el sistema financiero estadounidense, y desde la perspectiva de China, tiene sentido, como estrategia defensiva, empoderar, ampliar y racionalizar su industria financiera", concluyó Magnus.



