

Los gatos, a menudo considerados criaturas distantes y enigmáticas, en realidad disfrutan de las caricias humanas por varias razones científicamente respaldadas.
Aunque cada gato es único y sus preferencias pueden variar, la ciencia nos ofrece algunas explicaciones generales sobre este comportamiento.
Comunicación y confianza con nuestros gatos
Acariciar a un gato no solo es una demostración de afecto, sino también un acto de comunicación y construcción de confianza. Cuando un gato permite ser acariciado, está expresando su aceptación y comodidad con su humano.
Este acto fortalece el vínculo social y puede ser una forma en que los gatos señalan su confianza y afecto, de acuerdo a Basepaws Pet DNA.
Bienestar físico y placer del gato
La razón más directa por la que a los gatos les gusta ser acariciados es porque físicamente se siente bien. Las áreas preferidas para las caricias, como las mejillas, detrás de las orejas y la base de la cola, tienen una alta concentración de terminaciones nerviosas.
Estas zonas sensibles responden positivamente al tacto, lo que puede ser calmante y placentero para el gato, según el portal web Hepper.

Las zonas preferidas para acariciar
Marcado de territorio:
Los gatos tienen glándulas olfativas en varias partes de su cuerpo, como las mejillas y la base de la cola. Al frotarse contra objetos o personas, y al disfrutar siendo acariciados en estas áreas, los gatos están marcando su territorio con feromonas, creando un entorno familiar y seguro, plantean desde el sitio especializado Catster.
Interacción a su manera:
Es crucial permitir que los gatos inicien y controlen las sesiones de caricias. Los estudios indican que los gatos prefieren interactuar en sus propios términos, lo que incluye iniciar el contacto.
Permitir que un gato guíe cómo y cuándo quiere ser acariciado puede aumentar su disfrute y reducir la probabilidad de que se sienta abrumado o estresado.
Aunque los gatos pueden ser misteriosos en muchos aspectos de su comportamiento, su disfrute de las caricias, bajo las condiciones correctas, es claro.

Entender y respetar sus preferencias no solo mejora la calidad de las interacciones que compartimos con ellos, sino que también profundiza la conexión entre gato y humano, mostrando que incluso los más independientes entre nuestros amigos peludos valoran y necesitan nuestro afecto.


