

"Bromeábamos con que sería papa desde que tenía seis años", reveló Louis Prevost, hermano del recién elegido León XIV, en una entrevista para la televisión local de Florida. La emoción, la incredulidad y el orgullo se mezclaron en su testimonio tras conocerse el resultado del cónclave que consagró al estadounidense Robert Prevost como sumo pontífice.
La familia del nuevo Papa, que creció en un entorno profundamente católico, siempre vio en él algo especial. Según contaron, ya desde el primer grado escolar mostró una clara vocación religiosa. "Sintió la llamada a ser sacerdote desde muy chico e ingresó en el seminario en octavo", explicó John Prevost, otro de sus hermanos, al canal NBC Chicago. Esa convicción lo acompañó durante décadas, hasta convertirse en el líder de más de 1300 millones de católicos en todo el mundo.
En Port Charlotte, donde reside parte de su familia, la noticia fue recibida con una mezcla de asombro y júbilo. "Cuando el cardenal empezó a leer su nombre y dijo ‘Rob', supe que era Roberto. ¡Y simplemente enloquecí! ¡Es Rob, oh, Dios mío!", contó Louis visiblemente emocionado.

La Ley de la Atracción y el camino espiritual de León XIV
Más allá de la fe, algunos observadores ven en la historia de León XIV un ejemplo claro de la llamada Ley de la Atracción, una creencia pseudocientífica que sostiene que los pensamientos y emociones influyen directamente en nuestra realidad. Esta idea propone que, al visualizar de forma constante nuestros objetivos y acompañarlos de emociones positivas, podemos atraer aquello que deseamos.
En el caso de León XIV, su determinación desde pequeño, su visualización de un destino eclesiástico y su constancia podrían encajar con esta teoría. Desde joven centró su energía en un objetivo claro: servir a Dios y a la Iglesia. "Sabíamos que tenía algo especial", recordaron sus familiares. Esa convicción, mantenida durante décadas, hoy se ve reflejada en su llegada al pontificado.
La visualización -según la Ley de la Atracción- es una herramienta clave. Imaginar una meta con nitidez, sostenerla emocionalmente y actuar en consecuencia, serían pasos esenciales. León XIV no solo creyó en su vocación, sino que dedicó su vida entera a construirla paso a paso, desde sus primeros estudios religiosos hasta su trabajo en la Curia romana.
El nuevo Papa pide no politizar su elección
Ante las reacciones globales por la elección de un pontífice estadounidense, la familia Prevost hizo un llamado a evitar lecturas políticas. "Solo espero que aquí y en el extranjero la gente no politice esto", expresó Louis Prevost. "Dejemos el nacionalismo de lado y seamos simplemente la Iglesia Católica".
El nuevo Papa ya comenzó a dar señales de prudencia y apertura. Confirmó temporalmente a los cargos actuales de la Curia mientras "reflexiona, reza y debate" sobre posibles cambios. En sus primeras apariciones, mostró una actitud humilde y cercana, heredera del legado de su antecesor, el papa Francisco.
La historia de León XIV no solo emociona, también inspira y pareciera ser un sucesor a la altura del legado de Francisco. Su recorrido muestra que la vocación, cuando va acompañada de fe, trabajo y claridad de propósito, puede transformar el destino de una vida. Para quienes creen en el poder de la mente y el corazón, su elección es algo más que un hecho eclesiástico: es, tal vez, el testimonio de un milagro anunciado.




