

En 1947 un grupo de arqueólogos se adentró en las cuevas de Qumrán, en Cisjordania al norte del Valle del Mar Muerto, y descubrió un conjunto de papiros escritos en arameo, griego y hebreo. Al extenderlos, hallaron información nunca antes vista sobre pasajes de la Biblia que, al día de hoy, constituyen un tesoro de la humanidad.
Como lo define el director del Santuario del Libro del Museo de Israel en Jerusalén, el argentino-israelí Adolfo Roitman, en una entrevista a EFE, "el mundo que se dibuja ante nuestros ojos como resultado de los rollos es diferente al que nosotros creíamos conocer antes".
Se trata de uno de los descubrimientos arqueológicos modernos más importantes de la historia y para muchos el principal del siglo XX. Según afirma el experto, los rollos del Mar Muerto son "el testimonio más antiguo de los textos que terminaron formando parte de la Biblia hebrea".
El misterio detrás de los rollos del Mar Muerto
Uno de los principales objetos de estudio alrededor de los rollos es el debate acerca de la colectividad que habitaba Qumrán. "La mayoría de los investigadores creemos que tiene buena chance el movimiento esenio para caracterizar a los hombres de la comunidad del Mar Muerto", explica Roitman.

Aunque la inmensa mayoría del millar de manuscritos fueron descubiertos entre 1947 y 1956 después de que por azar unos pastores dieran con ellos en unas tinajas en Qumrán, la búsqueda de documentos continúa, se buscan "todo el tiempo, el sueño de todos es encontrarlos".
Desde 1956 no se han hallado manuscritos en Qumrán, pero "existe una buena probabilidad de que haya más", explica, debido a que la alta actividad sísmica de la zona puede haber sellado muchas entradas de cuevas cuya existencia se desconocería.
La búsqueda de manuscritos y la investigación continúan
En 2019, tras sesenta años sin hallazgos, una serie de documentos fueron encontrados en la cueva de los Horrores, en Nahal Hever (Cisjordania). Se trata de unos setenta fragmentos de los cuales solo treinta tienen restos de letras en griego y que, una vez reconstruidos, resultaron ser del libro del profeta Zacarías y de Nahúm.
La investigación continúa con una nueva generación de estudiosos que trabaja en la reconstrucción de los manuscritos. En su momento se hizo de la mejor manera conforme a los conocimientos de la época, pero ahora se suma la inteligencia artificial.
Para Roitman, "más allá de las reconstrucciones particulares de textos o secciones, una de las grandes cuestiones es recontextualizar Qumrán en el judaísmo de esa época y en el mundo grecorromano".
"Una vez que nos hiperespecializamos ahora tenemos que hacer el camino inverso (...) Entender los rollos a la luz de los escritos del Nuevo Testamento, del judaísmo rabínico, de los escritos agnósticos, o de la literatura y la sociedad grecorromana, verlo en un contexto mucho más amplio", opina.


