

Cristóbal Colón es una de las figuras más influyentes de la historia moderna. Su llegada a América en 1492 marcó el inicio de un proceso conocido como intercambio colombino, que transformó radicalmente los ecosistemas, economías y poblaciones del planeta.
Más allá de la exploración, los viajes colombinos llevaron a la transferencia involuntaria de microorganismos mortales que desencadenaron epidemias sin precedentes en el Nuevo Mundo.
Este hecho no solo impactó la salud de millones de personas, sino que también influyó en el descenso global de temperaturas registrado entre los siglos XVI y XVIII.

Enfermedades traídas por Cristóbal Colón
El intercambio entre Europa y América no se limitó únicamente a alimentos y animales. Las carabelas también transportaron enfermedades devastadoras como la viruela, la fiebre amarilla y la malaria. Estos virus y bacterias, que eran desconocidos en el continente americano, ocasionaron la destrucción de poblaciones vulnerables.
Según el periodista y divulgador Charles C. Mann en su obra 1493, la llegada de los europeos provocó un colapso demográfico sin precedentes: entre el 66% y el 90% de la población nativa americana murió por enfermedades infecciosas.

Impacto ambiental del intercambio colombino
El impacto no fue únicamente humano. En regiones como California, los pueblos originarios utilizaban el fuego para deforestar extensas áreas y promover la agricultura y el pastoreo. Sin embargo, con la drástica disminución de la población, estas prácticas cesaron. Como consecuencia, los bosques se expandieron, alterando el paisaje ecológico de América del Norte.
La sustitución de coníferas por especies como el roble y el nogal modificó los ciclos naturales de combustión, lo que a su vez disminuyó las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Este descenso generó un efecto dominó en el equilibrio climático mundial.


