La negociación entre el Ministerio de Economía y el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) se intensificó en los últimos días, ante el evidente incumplimiento de la meta de acumulación de reservas comprometida en el programa vigente.
La primera revisión del mismo, que iba a ser el 13 de junio, está en discusión.Con ella, el desembolso al que estaba sujeta.
Según Héctor Torres, exdirector para Argentina en el organismo, el país va a lograr obtener un waiver o dispensa, pero la clave residirá en las "medidas correctivas" que el Gobierno deberá presentar para asegurar el cumplimiento futuro,una tarea compleja dada la actual política cambiaria.
"No está muy claro lo de la postergación de las metas, pero sí es evidente que hay una negociación en curso porque que no vamos a cumplir con la acumulación de reservas", afirmó Torres.
En ese sentido, el exfuncionario del Fondo considera un hecho que se concederá la dispensa, pero subrayó: "Para obtenerla tenés que presentar una medida correctiva que le asegure al directorio que vas a cumplir con esa meta en el futuro, léase en septiembre y en diciembre".
El obstáculo principal, según Torres, es que , salvo que Luis Caputo "siga sacando conejos de la galera, esas medidas correctivas tienen que pasar necesariamente por la acumulación de reservas, y el Gobierno ya ha avisado que no va a comprar".

Esta postura choca con las expectativas iniciales del organismo multilateral. "El Fondo siempre tuvo en la cabeza que iban a comprar dentro de la banda, y además que no iban a intervenir en el mercado cambiario salvo para atenuar incidentes de volatilidad", explicó.
Sin embargo, la realidad muestra un escenario diferente: "Ninguna de las dos cosas está pasando: están interviniendo fuerte en el mercado de futuros para alentar el carry trade y a su vez no están comprando dólares".
Para Torres, la reticencia oficial a comprar divisas tiene un trasfondo político claro, debido a la intención del Ejecutivo de mantener el dólar planchado hasta las elecciones de octubre.
Además, reconoce que si bien es cierto que se puede optar por acumular reservas de otra manera, "alquilándolas o pidiéndolas prestadas" como quiere el oficialismo, el FMI "esperaba algo más balanceado".
La urgencia temporal es otro factor crítico. "Lo que se está buscando es un espacio de tiempo para negociar las medidas correctivas que el staff va a apoyar en el directorio, cuando se trate el tema, en el pedido de waiver", indicó Torres.
Las tratativas apuntan a una reunión clave "a fines de julio, porque el Directorio entra el receso en agosto". De aprobarse la revisión, se activaría un desembolso crucial de u$s 2.000 millones.
No obstante, el exdirector del FMI lanzó una advertencia sobre la señal que implica esta situación: "No es muy alentador empezar un programa con un fuerte desembolso inicial pidiendo una dispensa". La credibilidad del plan se pone en juego desde el inicio, y cualquier "promesa tiene que ser avalada por el Fondo", resaltó.
Mirando a mediano plazo, Torres reconoció el "futuro muy promisorio" de Argentina gracias al desarrollo de sectores exportadores. Sin embargo, enfatizó la necesidad de transitar el presente: "Hay que llegar a ese momento. Hoy tenés un déficit de cuenta corriente, una moneda sobrevaluada y vencimientos con el Fondo, entre otros problemas".
Finalmente, expresó su escepticismo sobre una asistencia financiera prolongada del FMI bajo las condiciones actuales. "La perspectiva de que el Fondo nos va a financiar hasta 2030 y mientras tanto vamos a tener un país tan caro como Suiza pero menos competitivo que cualquier otro de Latinoamérica es difícil, yo no lo veo eso", concluyó.


