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En su discurso ante la 79° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), la canciller Diana Mondino confirmó que Argentina no se sumará al Pacto del Futuro, el acuerdo que propone una serie de 56 acciones para hacer frente a los "mayores desafíos de época", como reforzar la paz en el mundo, el cambio climático y las amenazas de la inteligencia artificial (IA).

La noticia fue compartida por el propio presidente, Javier Milei, en su cuenta de X donde indicó que "Argentina anuncia su desvinculación del Pacto del Futuro 2045 de la ONU", junto a una imagen de la titular del Palacio San Martín en el estrado de la ONU.

La decisión coloca a la Argentina al lado de un puñado de países como Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y Bielorrusia, entre los que rechazaron la iniciativa que ya suscribieron Estados Unidos, Alemania, Francia y otros 190 estados.

Frente a países que han planteado diferencias por intereses comerciales o geopolíticos, el Gobierno Argentino se disocia del acuerdo que trazará la hoja de ruta para las relaciones internacionales durante los próximos 25 años por cuestiones "ideológicas".

"El Cambio Climático No es una cuestión de opinión. Sr. Presidente, Javier Milei, por favor, no cometa el error de usar la oportunidad de hablar ante la Asamblea General de la ONU para distanciarse de la comunidad internacional", señaló en la misma red Héctor Torres, ex representante de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Consejero de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

En esas líneas Torres resumió parte del mal estar que generó la decisión oficial entre el cuerpo de funcionarios de carrera quienes consideran errónea la salida de la Argentina y aseguran que pone sobre la cornisa tanto la presencia de embajadores como de agregados comerciales en distintos puntos del mundo.

Las razones económicas de la interna

La interna, tiene un trasfondo económico liderado por sectores asociados al agro y la ganadería que en su mayoría rechazan las iniciativas por las nuevas exigencias en línea con el menor impacto ambiental.

Las posiciones dividen a las asociaciones gremiales que representan al campo. Las propuestas de la comunidad europea en línea con la Agenda 2030 -que se prorrogará por 15 años más- se transformarán en barreras paraarancelarias.

Por eso, mientras los que lideran la exportación de soja y aceites desde Argentina se muestran proclives al acuerdo -aseguran que se puede cumplir modificando pocos aspectos de la producción -otros más radicales expresan un no rotundo, lo que pone en juego el ingreso de divisas.

"Es necesario desideologizar los vínculos diplomáticos para no seguir perjudicando las relaciones económicas", dijo Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI,y advirtió que "todas las decisiones que se tomen en la dirección inversa hacia dónde va el mundo afecta nuestras exportaciones".

Financiamiento

En ese sentido, sobre el efecto en la integración entre Argentina y otros países, Torres consideró que es difícil que decisiones comerciales privadas se vean influenciadas por un discurso ante la Asamblea de la ONU. Aun así, destacó que tanto la Agenda 2030 y del Pacto del Futuro son dos catálogos de buenas intenciones -sin obligatoriedad alguna-, importantes para la relación entre los países de menor ingreso (que reciben ayuda oficial para cumplir con los objetivos de esos dos documentos) y el G7.

"Los países de menor ingreso son muy numerosos y si bien sus mercados son pequeños, sus votos cuentan en materias políticas, como cuando se trata el tema Malvinas", agregó y destacó que la decisión del gobierno argentino "puede darle munición a los que en la UE se oponen al tratado con el Mercosur".

El tema, será central, en un encuentro que reunirá este viernes a los cancilleres del Mercosur con el Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, uno de los referentes en la negociación del acuerdo entre bloques económicos, que se enfrió en los últimos meses.