

En las últimas horas, una decisión firmada por el presidente Donald Trump en la Casa Blanca reordenó quiénes pueden ingresar al país y bajo qué condiciones, afectando a millones de personas en distintas regiones del mundo.
Aunque el anuncio no tomó por sorpresa a los sectores que siguen de cerca la política migratoria de Washington, sí generó inquietud entre gobiernos, viajeros y comunidades que mantienen vínculos económicos, familiares o educativos con Estados Unidos.
Detrás de la medida hay argumentos de seguridad nacional, evaluaciones técnicas y antecedentes que remiten a decisiones adoptadas en administraciones anteriores. Sin embargo, el alcance actual es mayor y vuelve a instalar el debate sobre controles fronterizos, visados y restricciones de viaje.

Trump amplía la prohibición de viaje a EE.UU.: los países afectados
El presidente Donald Trump firmó una proclamación que amplía a 39 países la lista de naciones con restricciones totales o parciales de viaje a Estados Unidos. La medida se apoya en informes del Ejecutivo que señalan deficiencias graves en los sistemas de verificación, control documental e intercambio de información de los países incluidos.
Dentro de la prohibición total se incorporaron siete países, entre ellos Siria, Sudán del Sur, Malí y Níger, mientras que otros 15 Estados quedaron bajo restricciones parciales, lo que limita el acceso a determinadas categorías de visas. Algunos de estos países ya enfrentaban controles, pero ahora quedaron formalmente integrados a un esquema más amplio.
La proclamación contempla excepciones específicas, como residentes permanentes legales, titulares de visas vigentes y personas cuya entrada sea considerada de interés nacional para Estados Unidos. No se trata de un cierre absoluto, sino de un sistema de filtros más estricto.
Restricciones de viaje y política migratoria de Trump: qué hay detrás
La ampliación de la lista se inscribe en una estrategia migratoria más dura, que el Gobierno justifica en términos de seguridad nacional. Desde la Casa Blanca sostienen que varios de los países incluidos no cumplen con estándares mínimos de cooperación en materia de antecedentes penales, identidad y control fronterizo.
La decisión también revive el recuerdo de la prohibición de viaje aplicada durante el primer mandato de Trump, que alcanzó a países de mayoría musulmana y fue objeto de disputas judiciales hasta que la Corte Suprema avaló una de sus versiones. Aquella política fue derogada por Joe Biden en 2021, pero ahora el esquema vuelve, con un alcance mayor y criterios actualizados.
En paralelo, la actual administración mantiene revisiones de asilo, controles sobre residencias permanentes y una política activa de deportaciones, lo que refuerza la señal de endurecimiento migratorio. Para los países afectados, la proclamación implica nuevas barreras para viajar, estudiar o hacer negocios en Estados Unidos, en un contexto internacional cada vez más condicionado por la seguridad y el control de fronteras.

