

Las tensiones entre España y Marruecos llevan años marcando la agenda diplomática y de seguridad en el Mediterráneo y el Atlántico. Aunque oficialmente ambos gobiernos insisten en resolver sus diferencias por la vía del diálogo, en sectores militares españoles hay creciente preocupación sobre la evolución de la relación con el país vecino.
El foco está puesto en la modernización militar de Marruecos y en su capacidad de ejercer presión mediante tácticas que no llegan a la guerra abierta, pero que sí alteran el equilibrio estratégico. Migración, comercio y el siempre sensible tema del Sahara Occidental aparecen como piezas de un tablero complejo que, según algunos analistas, España no estaría gestionando con suficiente firmeza.
En este contexto, un informe elaborado por Emilio José Arias Otero, comandante del Ejército español y analista en el Estado Mayor, ha puesto en alerta sobre el riesgo de que España pierda ventaja estratégica. El militar advierte que la postura actual de Madrid es más reactiva que preventiva y que esta debilidad podría abrir espacio a mayores tensiones con Rabat en el futuro.

¿Dos países podrían enfrentarse por la disputa del Océano Atlántico?
Arias Otero sostiene que Marruecos emplea estrategias híbridas para presionar sin recurrir al enfrentamiento directo. Como ejemplos menciona la crisis migratoria de 2021, el cierre unilateral de las fronteras comerciales de Melilla en 2018, así como episodios de desinformación y espionaje, incluido el presunto uso del software Pegasus.
Según el análisis, la combinación de estas maniobras con el crecimiento sostenido del presupuesto militar marroquí podría llevar a España a una situación incómoda. Una eventual compra de aviones F-35 por parte de Rabat, señala, consolidaría a Marruecos como un adversario con capacidad tecnológica superior y cambiaría el equilibrio en la región.
Ceuta, Melilla y el dilema de la OTAN
El comandante también criticó el apoyo de España al plan de autonomía marroquí para el Sahara Occidental, ya que, a su juicio, se concedió sin exigir contraprestaciones claras. Califica esa estrategia como una política de "apaciguamiento", peligrosa porque no define hasta dónde pueden llegar las exigencias del vecino.

Finalmente, el informe recuerda que Ceuta y Melilla no están protegidas por el Artículo 5 de la OTAN, que garantiza la defensa colectiva. En caso de una agresión, España solo podría recurrir al Artículo 4, que habilita consultas, pero no asegura ayuda militar automática. Esa vulnerabilidad, advierte, podría ser aprovechada por Marruecos en un futuro escenario de mayor tensión.


