

La inflación en costos de mano de obra y precios de las materias primas redujo el margen operativo de las primeras marcas en los balances de las empresas de capital abierto en Brasil en el primer trimestre del año, lo que puede ser una señal de que quedó atrás el escenario color de rosa vivido hasta final de 2010, en que los números de las grandes empresas parecían inmunes a los reveses de la economía.
Un informe realizado por Valor Data con las compañías abiertas más grandes de Brasil muestra que a pesar de que las ventas continúan aumentando de forma expresiva, con avance de 16,1% al comparar el primer trimestre de este año con el mismo período de 2010, a R$ 181.960 millones, el lucro bruto subió 10,7%, a R$ 53.310 millones, lo que indica que la presión del lado de los gastos complica la vida de los gestores empresariales.
El margen bruto de ganancia, que es lo que sobra del ingreso después de deducidos los costos de producción, cayó 1,4 punto porcentual, a 29,3%. A pesar de que parece pequeña, esa diferencia representa R$ 2.600 millones menos de ganancia.
Contabilizados los gastos, con ventas y administrativos, el resultado operativo antes de intereses e impuestos registró una suba de apenas 2,5% en relación al año pasado, sumando R$ 25.380 millones.Como el gasto financiero líquido, o fue menos pesado entre enero y marzo de este año, por el efecto del cambio en las deudas, o el lucro líquido creció más que el resultado operativo, con avance de 12,1%, un total de R$ 14.750 millones.
El estudio se realizó con las 100 empresas más grandes no financieras de Brasil, con los datos en el modelo internacional de contabilidad para los dos períodos.
Los datos excluyen los resultados de la estatal Petrobras y Vale que, por su tamaño, distorsionan algunas comparaciones. Al colocar en la cuenta los balances de las dos mayores empresas brasileñas, el escenario es mejor, especialmente tomando en cuenta que las ganancias de Vale se dispararon un 292%.
En la muestra completa, el costo de los productos y servicios crece 18,1% en la comparación con el primer trimestre de 2010, casi en la misma proporción del ingreso, que aumentó 18,2% en el período, a R$ 259.750 millones.
De esa forma, el margen bruto de ganancias de las compañías en el conjunto se mantuvo prácticamente estable, subiendo sólo 0,1%.
El lucro líquido atribuido a los accionistas de las 100 empresas sumó R$ 37.030 millones, con alza de 55,8% en la comparación anual.
Para Pedro Martins, jefe del área de investigación del Bank of America Merrill Lynch, los márgenes operativos (antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) de las empresas difícilmente alcanzarán este año el pico verificado en el tercer trimestre de 2010. Con base en datos del propio banco, dijo que los márgenes cayeron 2,5 puntos porcentuales desde entonces, a 25,5%, y deben permanecer en ese nivel hasta el final de diciembre.
Para las empresas exportadoras, la valorización del real frente al dólar comprometió la generación de caja. Las empresas más enfocadas en la economía doméstica sintieron el impacto de la inflación en el sector de servicios que presionó el costo con empleados, explica.
Con alza de 42% en los costos de producción y servicios, el margen bruto de ganancia de las empresas del sector de construcción, por ejemplo, se redujo de 31% a 28%.
Martins cree que el lucro líquido consolidado de las compañías abiertas debe crecer 17%, en comparación con un avance de 35% registrado en 2010.
Renato Prado, analista de Fator Correctora del sector minorista y de consumo, señala que la disminución del ritmo de la economía brasileña aparecerá con más claridad en los resultados consolidados del segundo trimestre.
Según Prado, los diversos segmentos dentro del área minorista presentaron desempeños muy diferentes en el primer trimestre. Mientras los sectores de alquiler de vehículos y de cigarrillos tuvieron resultados bastante fuertes, los de vestuario y de cosméticos mostraron desempeños inferiores a lo esperado. Esos sectores no consiguieron aumentar los precios para compensar la desaceleración en el crecimiento del volumen de ventas. Con la restricción del crédito, el consumidor precisa hacer elecciones, y ropas y cosméticos son productos más superfluos, explicó.










