SCIOLI Y MACRI SE CRUZARON EN UN EVENTO HISTÓRICO ORGANIZADO POR ARGENTINA DEBATE

Debate presidencial: los candidatos le dieron más lugar a los golpes de efecto que a las propuestas

Por consejo de su equipo Macri moderó sus gestos. Scioli arrancó a la defensiva y se mostró más efectivo en la segunda mitad. La transmisión se pudo ver en vivo por Cronista.com. Por NOELIA BARRAL GRIGERA

- Daniel, ¿en qué te has transformado, en qué te han transformado? ¡Parecés un panelista de 678!
- Si todavía no pudiste resolver el problema de los trapitos en la Ciudad de Buenos Aires, ¡¿en serio creés que vas a resolver el problema del narcotráfico?!

Los dos golpes de efecto más fuertes del debate presidencial fueron al principio y al final y representan con cierta fidelidad la sensación que dejó el cruce entre Mauricio Macri y Daniel Scioli a una semana del ballottage. El candidato de Cambiemos arrancó mejor, con agresividad y golpes de efecto que rindieron frutos. El postulante del Frente para la Victoria encontró su aire desde la mitad y hacia el final, con insistentes preguntas sobre el ajuste y cuestionando políticas de la Ciudad. Pero ninguno se quedó con una ventaja decisiva que altere el escenario electoral.


Las chicanas y los ataques directos dominaron los 75 minutos del cruce organizado por la ONG Argentina Debate, que sumó más de 50 puntos de rating en televisión abierta y de cable y concentró la atención en las redes sociales. Las propuestas aparecieron relegadas a un segundo lugar. Ambos hicieron su juego y desplegaron estrategias más o menos esperables, con ocasionales desvíos.


Scioli repitió incansablemente la palabra "ajuste", reclamó respuestas sobre el tema, calificó de "peligro para la sociedad" a las propuestas de Macri y procuró despegarse del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cada vez que el jefe del gobierno porteño intentó hacerlo responder por alguna de las decisiones o declaraciones de los funcionarios nacionales.


- Daniel, vos no sos el cambio. Vos elegiste ser la continuidad, elegiste estar con Zannini, con Milagro Sala, con Aníbal Fernández, con Máximo... ¿Cuando la Presidenta da las cifras de pobreza, miente o dice la verdad?

Seguís insistiendo en querer debatir con un gobierno que se va el 10 de diciembre. La gente va a votar para adelante y no para atrás, adonde vos nos querés llevar.


Tanto foco en la chicana hizo que la mayor parte de las veces no hubiera diálogo, sino sólo monólogos cruzados.

En el capítulo sobre Desarrollo Económico Macri se mostró más confrontativo. "Hace varios días que estás haciendo de vocero de lo que yo haría, de cosas horribles, que no voy a hacer. No hagas de vocero mío, hablá de tus propuestas", exhortó. Scioli insistió: "La palabra cambio puede entusiasmar, pero cuando se le corre el velo está la devaluación y gerentes de empresas extranjeras. Ahora los mandó a esconder a todos".


El bloque sobre educación también se lo llevaron las provocaciones. El bonaerense atacó con las declaraciones de Macri en contra de la creación de nuevas universidades. El porteño devolvió la gentileza con los 180 días de clase que la Provincia nunca alcanza.


En la entrada a camarines, los asesores de Macri entre ellos, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, Marcos Peña y Fernando De Andreis le recomendaron no sonreir tanto como al comienzo. Un gesto que buscaba mostrarlo relajado ya estaba haciéndolo ver altanero y sobrador.


Promediando el debate fue el turno de hablar de seguridad. Scioli tuvo ahí su round claro, cuando preguntó por los trapitos. Los macristas que acompañaron el debate desde la platea acusaron el golpe y le reconocieron ese punto, además del recurso para evitar responder sobre las declaraciones de funcionarios kirchneristas.
Los sciolistas, entre los que estaban Sergio Urribarri, Juan Manuel Urtubey, Diego Bossio, Julián Domínguez y Eduardo De Pedro, sufrieron la primera parte. "¡Estando acá abajo se te ocurren muchas cosas para responderle!", se lamentaban ante cada cosa que Macri le señalaba a Scioli.


Sobre el final, en los dos minutos de exposición libre, ninguno se apartó del libreto. Macri prometió "estar cada día un poco mejor". Scioli advirtió que "bajo el engaño de la palabra cambiemos viene un ajuste" y prometió defender a los trabajadores y a los jóvenes. Recién terminados esos 240 segundos, llegaron el aplauso generalizado y la distensión. Se sonrieron, se saludaron y agradecieron. En seis días, uno de los dos será el presidente electo de la Argentina.

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