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Blanqueo, créditos y una vidriera internacional ayudarán a levantarla puntería del primer trimestre

A marzo le queda una semana y el Gobierno tratará de aprovecharla para equilibrar un poco los resultados con los que terminará el primer trimestre del año. La expectativa inicial apuntaba a una coyuntura más calma en lo económico, y más movida en lo político, por los aprestos lógicos de un año electoral.

La buena noticia de la baja inflación de febrero se diluyó rápido. La actividad sigue planchada y solo el agro empezó a mover la rueda, para capitalizarse en un año en el que todos apuestan a una cosecha récord.

En ese contexto, la combinación de los ajustes tarifarios con el fin de las ventas en 12 cuotas "sin interés" exacerbó la cautela de los inversores, que se quedaron a la espera de un horizonte más despejado para sus ingresos.

El Gobierno no discutió la caída del consumo en supermercados, pero si en las grandes cadenas. Tampoco convalidó la caída en las ventas con tarjeta. Difundió información privada de los sectores, mientras negocia con el sistema financiero una baja en la financiación para las cuotas que reanime las expectativas. Aunque según los números que se divulgaron desde despachos oficiales no haría falta adoptar nuevos estímulos al consumo, la Casa Rosada igual pidió acordar algún formato que contribuya al marketing de la recuperación económica.

En abril se comenzará a aplicar un aumento en la tarifa de gas, con lo cual mantendrá elevadas las previsiones de inflación del primer cuatrimestre, por encima de los números que tiene el Banco Central. Marzo no va a repetir el 2,5% de febrero, pero será difícil que esté debajo de 2%. Con ese número, la provincia de Buenos Aires tendrá que aplicar la cláusula gatillo que si aceptaron los estatales, ya que es alta para el caso de que en el primer trimestre el IPC sea mayor a 4,5%. Será una buena forma de mostrar a los docentes que la fórmula funciona.

Sobre el cierre del mes, el gremio de Armando Cavalieri firmó una suma de 20% anual para los empleados de comercio, un número que aportará tranquilidad para el escenario paritario, que será sacudido sin duda por el paro cegetista.

Para equilibrar esa mesa, el Gobierno pondrá en la vidriera el plan de créditos hipotecarios a 30 años, los extraordinarios números que promete el cierre del blanqueo y el renovado interés que mostrará el mundo por la Argentina cuando se realice en Buenos Aires el Foro Regional de Davos. El 6 de abril habrá dos fotos nítidas: el país promesa y el país paralizado. Las dos tienen que coexistir.

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