

Estados Unidos aumentó su despliegue militar en Latinoamérica con una operación que combina buques de guerra, cazas y bombarderos estratégicos. Aunque se presentó oficialmente como una campaña contra el narcotráfico, analistas y opositores sostienen que el verdadero propósito sería presionar la salida del líder venezolano Nicolás Maduro.
Desde la Casa Blanca, el mensaje es claro: Estados Unidos está dispuesto a usar todos los medios necesarios para frenar lo que considera una amenaza a la seguridad regional. El movimiento, según expertos, marca el regreso de una política de fuerza directa en América Latina.
¿Por qué Estados Unidos busca destituir al líder de este país de América Latina?
Venezuela, con las mayores reservas de petróleo del mundo, se ha convertido en el centro de la disputa geopolítica. De acuerdo con el Financial Times, la administración estadounidense considera que la permanencia de Maduro debilita la estabilidad de América Latina y favorece la influencia de Rusia, China e Irán en la región.
Durante los últimos meses, Washington autorizó operaciones encubiertas y desplegó naves y aviones militares cerca del Caribe. Voces cercanas a la oposición aseguran que Estados Unidos intenta destituir al líder venezolano sin recurrir a una invasión directa, apostando a la presión económica y militar.

"El mensaje es que quedarse en el poder tendrá un costo demasiado alto", señaló un especialista del CSIS citado por el Financial Times. Venezuela, con las mayores reservas de petróleo del mundo, se ha convertido en el centro de la disputa geopolítica. Foto: Reuters.
¿Está Estados Unidos listo para entrar en guerra en América Latina si Maduro no cede el poder?
Aunque no existe un plan oficial de invasión, algunos analista sugieren que la acumulación de tropas y maniobras militares es un indicio de una amenaza de agresión latente.
En redes sociales circulan imágenes de bombarderos B-52 y helicópteros Black Hawk operando en el Caribe, lo que analistas interpretan como una advertencia directa al régimen.
Maduro respondió con maniobras militares y un aumento de la seguridad de su círculo cercano. Fuentes internas confirman que varios altos mandos se mueven entre Caracas y Maracay para evitar posibles ataques selectivos.
Mientras tanto, América Latina observa con preocupación el despliegue más grande de Estados Unidos en la zona en más de tres décadas, con el temor de que la tensión desemboque en un conflicto abierto.




