

En plena tensión económica global, un país de América Latina se convirtió en el inesperado protagonista de una rivalidad que ya no gira en torno a recursos como el oro o el litio.
El conflicto ahora se centra en un recurso esencial para la alimentación mundial y la industria, que ha dividido a Estados Unidos y China.
Mientras los agricultores estadounidenses sufren pérdidas por los aranceles y la caída de exportaciones, en septiembre, Beijing encontró un nuevo aliado en la región. Sin embargo, un nuevo acuerdo con Washington reabre la disputa entre las dos potencias.
¿Cuál es el recurso clave que enfrenta a este país latino con Estados Unidos y China?
El nuevo punto de fricción entre las potencias es la soja, el insumo que se volvió símbolo de la guerra comercial global.
Tras las políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump, China dejó de comprar soja estadounidense y selló un contrato histórico con Argentina para adquirir 7 millones de toneladas en septiembre de 2025.
El gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, eliminó temporalmente los impuestos a la exportación para facilitar la venta.
Casi al mismo tiempo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció un swap de 20.000 millones de dólares con el Banco Central argentino, un movimiento interpretado como apoyo político y económico al país sudamericano.

¿Cómo este recurso convirtió a América Latina en el nuevo campo de batalla entre Estados Unidos y China?
El acuerdo despertó fuertes críticas en Washington. La American Soybean Association advirtió que las decisiones de la Casa Blanca están "beneficiando a un competidor" y reclamó que se priorice a los productores locales.
Legisladores demócratas y Bernie Sanders también pidieron cancelar el rescate financiero a Argentina.
El caso revela cómo un simple cultivo se transformó en una herramienta geopolítica. América Latina, y en particular Argentina, vuelve a ocupar un papel decisivo en la disputa comercial y estratégica entre Estados Unidos y China.


