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El hombre más rico del mundo, Elon Musk, vuelve a ser noticia, pero esta vez por dar un paso atrás. Tras convertirse en una figura clave en la administración de Donald Trump y liderar una ola de despidos y recortes desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el magnate anunció que reducirá drásticamente su participación en política.

La decisión fue confirmada este martes durante un foro de Bloomberg en Doha, Qatar, donde el CEO de Tesla y SpaceX reconoció que ya no planea gastar grandes sumas en campañas electorales. La declaración representa un giro inesperado en su estrategia, después de haber invertido más de 300 millones de dólares para impulsar el regreso de Trump a la Casa Blanca en 2024.

Elon Musk sacude al Partido Republicano

"En términos de gasto político, voy a hacer mucho menos en el futuro", aseguró Musk durante su intervención virtual. Y aunque no descartó apoyar nuevamente si lo considera necesario, dejó en claro que hoy "no ve una razón para seguir haciéndolo".

Elon Musk analiza dejar de financiar al Partido Republicano. Imagen: archivo.
Elon Musk analiza dejar de financiar al Partido Republicano. Imagen: archivo.

El anuncio encendió alarmas en el Partido Republicano, que podría perder una de sus fuentes de financiamiento más generosas de cara a las próximas elecciones legislativas de 2026. Musk no solo fue uno de los principales donantes conservadores, sino también una figura omnipresente durante los primeros meses de la presidencia de Trump.

Tesla en crisis y polémicas internas en el gobierno de Estados Unidos

El desgaste no fue solo político. Las empresas de Musk, especialmente Tesla, comenzaron a sufrir las consecuencias de su hipervisibilidad en la política. Durante el primer trimestre de 2025, las ventas de autos eléctricos cayeron un 13%, una cifra que impactó en Wall Street. Las razones son múltiples: competencia creciente, rechazo del electorado progresista y ataques vandálicos a concesionarias en estados como Georgia.

Además, su gestión al frente del DOGE despertó fuertes críticas internas. Musk aplicó lo que llamó su "motosierra federal": eliminó miles de cargos públicos, congeló fondos para ONGs, cerró agencias como USAID y recortó presupuestos en áreas sensibles como salud, cambio climático y asistencia social. Su accionar generó tensiones con varios ministros, que cuestionaron su autoridad y su creciente influencia sobre Trump.

La motosierra de Milei, la derrota en Wisconsin y el principio del fin

El punto de inflexión habría sido una derrota judicial en Wisconsin, donde un juez apoyado por Musk perdió por diez puntos frente a una candidata liberal. La elección fue leída como un referéndum ciudadano contra su figura y sus políticas.

En paralelo, el empresario argentino Javier Milei le obsequió a Musk una motosierra simbólica durante la conferencia conservadora CPAC, un gesto que reforzó su imagen de "desmantelador del Estado", pero que también avivó la polémica.

¿Un retiro definitivo o solo una pausa estratégica?

A pesar de su distanciamiento, Musk dejó la puerta abierta a volver al ruedo político si "aparece una razón". Sin embargo, el daño ya está hecho: su incursión en el poder dejó marcas en su imagen, en sus empresas y en la interna del gobierno.

Por ahora, afirma que se enfocará nuevamente en sus negocios. Cuando se le preguntó si seguiría siendo el CEO de Tesla dentro de cinco años, Musk respondió entre risas: "Sí... bueno, podría morir".