

Elon Musk continúa trabajando en la extrema evolución de la tecnología y ahora apuesta por la creación masiva de un ejército de robots que estarán controlados únicamente por él.
El empresario aseguró que no está dispuesto a avanzar con el proyecto a menos que él mantenga el control absoluto sobre la compañía y las decisiones estratégicas.
El plan se enmarca dentro de una nueva etapa en la que Tesla busca expandirse más allá de los autos eléctricos, orientando sus recursos hacia la inteligencia artificial y la robótica avanzada.
Máxima alerta: Elon Musk planea la creación de un ejército de robots masivo
Durante una reciente comunicación con inversores, Musk reveló que su ambición es liderar la creación de una flota de robots humanoides denominadosOptimus. Estos serían capaces de realizar tareas físicas complejas y, a futuro, operar de forma autónoma en fábricas, hogares y espacios públicos.
El empresario sostuvo que no se siente cómodo desarrollando esta tecnología si no mantiene una fuerte influencia en la empresa, advirtiendo que un cambio en la dirección de Tesla podría poner en riesgo el rumbo del proyecto. Por ello, condicionó la continuidad del plan a la aprobación de un paquete de compensación valuado en aproximadamente mil millones de dólares.

El magnate tecnológico será el único con derecho a controlarlos
El argumento de Musk se centra en el peligro que implicaría dejar una tecnología tan poderosa sin una figura de liderazgo estable. Según explicó, un ejército de robots sin una dirección ética o coherente podría generar consecuencias impredecibles. De allí su insistencia en conservar la autoridad sobre la compañía que los desarrolla.
Esta decisión se interpreta como un intento de blindarse ante posibles movimientos internos o presiones de accionistas que pudieran limitar su poder. Musk considera que solo un mando unificado y permanente puede garantizar el éxito del proyecto y evitar su desvío hacia usos inadecuados.

¿Qué representa un ejército de robots para el mundo?
El avance de esta iniciativa representa un punto de inflexión en la relación entre la humanidad y la inteligencia artificial. Si logra concretarse, Tesla dejaría de ser únicamente una empresa de transporte para convertirse en una potencia robótica capaz de fabricar y controlar miles de máquinas inteligentes.
La creación de un ejército de robots plantea desafíos sobre el empleo, la seguridad, la autonomía de las máquinas y el papel de los gobiernos en la regulación de este nuevo poder tecnológico. Mientras tanto, Musk continúa recaudando fondos con la convicción de que el futuro estará gobernado, en parte, por sus propias creaciones.




