

Los gigantes de las compras en línea como Shein y Temu enfrentan una nueva barrera en América Latina. Un país clave de la región acaba de endurecer su política fiscal sobre importaciones, en una medida que podría modificar la forma en que millones de personas acceden a productos económicos desde el exterior.
El cambio ocurre mientras continúan las negociaciones para evitar nuevos aranceles por parte del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos y esta decisión podría tener un doble efecto: desincentivar las compras extranjeras baratas y fortalecer la posición de este país frente a la presión de la Casa Blanca.
La medida está establecida en la Cuarta Resolución de Modificaciones a las Reglas Generales de Comercio Exterior, publicada en el Diario Oficial de la Federación, y entrará en vigor el 15 de agosto de 2025.

¿Qué país latinoamericano subió los impuestos y cómo impacta a Temu y Shein?
México elevó del 19% al 33.5% el impuesto sobre productos importados de bajo valor desde países con los que no tiene tratado comercial, como China.Esto afecta directamente a plataformas como Shein y Temu, populares por ofrecer artículos accesibles y envíos rápidos desde Asia.
En contraste, las compras desde Estados Unidos y Canadá mantienen un gravamen del 17% si el valor de la mercancía está entre 50 y 117 dólares. Por debajo de ese rango siguen exentas, mientras que las que lo superan tributan un 19%. La medida busca limitar la entrada masiva de productos baratos y aumentar la recaudación fiscal.

¿Por qué México se alineó con Trump y qué busca con esta medida?
La reforma fiscal fue publicada oficialmente como parte de una actualización de las normas de comercio internacional. Se interpreta como un intento de frenar el uso del territorio mexicano como punto de entrada de productos chinos hacia el mercado estadounidense, lo que ha sido señalado como una preocupación en Washington.
Además de controlar la sobreoferta asiática, esta política busca fortalecer la industria local y mejorar la recaudación de impuestos. También forma parte de una estrategia más amplia para evitar los aranceles del 30% que Estados Unidos podría aplicar a partir del 1 de agosto, alineando así los intereses de ambos países frente a la presión china.


