

La Administración del Seguro Social (SSA) especifica en su sitio web oficial en qué casos la familia de un beneficiario tiene derecho a recibir pagos mensuales equivalentes a un porcentaje de su prestación.
"Los beneficios de Seguro Social, en los Estados Unidos, son parte integral de los ingresos de millones de personas después de jubilarse", afirma la agencia federal.
En este sentido, si bien generalmente son los cónyuges o hijos de un beneficiario los que pueden recibir dinero mensual, SSA explica que, en ciertos casos, los ex cónyuges también son elegibles para cobrar esta prestación.

SSA podrá pagar beneficios a los divorciados que cumplan estos requisitos
De acuerdo con lo señalado por la información oficial, un ex cónyuge es elegible para recibir beneficios basados en las ganancias de su ex pareja cuando cumpla con los siguientes requisitos
- Haber estado casado durante al menos 10 años
- Haberse divorciado hace al menos 2 años
- Tener 62 años o más
- No estar casado
- No tener derecho a una prestación que sea igual o mayor al beneficio por ex cónyuge.

Familiares que tienen derecho a recibir pagos mensuales del Seguro Social
El cónyuge actual del beneficiario también podría ser elegible para cobrar la prestación, siempre y cuando tenga 62 años o más o, cualquier edad y un hijo junto al titular menor de 16 años o con incapacidad y derecho a beneficios del Seguro Social.
Además, los pagos mensuales podrán otorgarse a hijos solteros que cumplan alguno de los siguientes requisitos
- Son menores a 18 años
- Tienen entre 18 y 19 años y estudian a tiempo completo en una escuela primaria o preparatoria/secundaria/superior (grado 12 o menos)
- Tienen 18 años o más y una incapacidad calificada que comenzó antes de los 22 años.
De cuánto serán los pagos mensuales que recibirán estos divorciados
Según lo especifica SSA, los pagos que pueden recibir familiares y divorciados elegibles son equivalentes a la mitad del beneficio que el titular recibe por jubilación o incapacidad.
Es importante considerar que existe un límite en la cantidad de dinero que SSA puede pagar tanto a quien recibe el beneficio originalmente como a quienes lo cobran como consecuencia.


