

Un grupo de investigadores generó controversia internacional al afirmar que existen estructuras subterráneas masivas bajo las pirámides en Egipto. El estudio se realizó mediante tecnología de radar y sugiere la existencia de una ciudad oculta bajo las famosas pirámides. Este hallazgo podría alterar la cronología aceptada de la historia egipcia.
Utilizando tecnología de radar de apertura sintética (SAR), los científicos, liderados por el profesor Corrado Malanga, aseguran haber identificado una ciudad subterránea que podría datar de hace aproximadamente 38,000 años. Este hallazgo, de confirmarse, podría reescribir la historia conocida de la civilización egipcia.
Hallazgo sin precedentes: científicos aseguran haber descubierto ciudades ocultas en las pirámides de Egipto
El estudio fue liderado por el profesor Corrado Malanga, exprofesor de química en la Universidad de Pisa, quien junto a un equipo ítalo-escocés utilizó radar de apertura sintética (SAR) para estudiar el subsuelo de la meseta de Guiza.
Según los resultados presentados, bajo la pirámide de Kefrén se hallaría una serie de estructuras que incluyen túneles espirales, cámaras cuadradas y cilindros verticales que podrían alcanzar profundidades de más de 600 metros.

Los investigadores interpretan estos datos como evidencia de una ciudad subterránea que dataría de hace 38,000 años, mucho antes del surgimiento de la civilización egipcia conocida, que comenzó hacia el 3.100 a.C. El equipo también afirma haber identificado una "cámara de sabiduría" que algunos asocian con la mítica "Sala de los Registros", una leyenda esotérica popularizada en el siglo XX por autores como Edgar Cayce.
Además de su antigüedad, los científicos destacan la sofisticación del supuesto complejo subterráneo, que incluiría sistemas de conexión entre cámaras y posibles depósitos de agua. Sin embargo, hasta ahora, no se han realizado excavaciones físicas que confirmen estos hallazgos.
Las críticas de la comunidad científica sobre el descubrimiento
La investigación de Malanga, junto con las imágenes, y su equipo fueron recibidas con escepticismo por parte de arqueólogos profesionales. National Geographic consultó a expertos que señalan que el radar de apertura sintética no está diseñado para detectar estructuras a profundidades tan extremas, y que los datos presentados no han sido publicados en ninguna revista científica revisada por pares.
El arqueólogo egipcio Zahi Hawass, uno de los más reconocidos del país, desestimó públicamente estas teorías, calificándolas de infundadas. y otros expertos coincidieron en que este tipo de afirmaciones, sin respaldo arqueológico concreto, alimentan la pseudociencia y desinforman al público.

También se cuestiona la interpretación de los datos de radar, ya que las imágenes de radar pueden mostrar formaciones geológicas naturales que, sin el contexto adecuado, se malinterpretan como estructuras hechas por el ser humano.






