

Charles Darwin revolucionó la biología con su teoría de la evolución por selección natural que, a grandes rasgos, plantea que ciertas características heredables se transmiten a generaciones futuras para contribuir a la supervivencia de la especie.
En ese marco, una clara evidencia de sus postulados se observó de cerca en la comunicación animal: expertos descubrieron que distintas aves, separadas por años de desarrollo y grandes distancias, lograron evolucionar al punto de compartir un "grito universal" de advertencia.
Este llamado, que surge de un sonido innato y tiene como consecuencia una respuesta aprendida, es utilizado por las aves para alertarse unas a otras ante la presencia de los conocidos como "parásitos de nido".
De qué se trata el "grito universal" que descubrieron los científicos
En un trabajo publicado en Nature Ecology and Evolution, liderado por investigadores de la Universidad de Cornell y la Estación Biológica de Doñana, se describió como más de 20 especies de cuatro continentes emiten un sonido de advertencia casi edénico.
Por ejemplo, aves de Australia, China y Zambia utilizan el mismo grito al detectar un ave parásita en su territorio, como los cucos, que dejan sus huevos en nidos ajenos, obligando al anfitrión a criar polluelos que no son propios. Esta alerta permite entonces mantener a salvo a sus crías, brindando una clara ventaja evolutiva.
Los expertos explicaron cómo funciona este fascinante mecanismo de defensa: cuando un ave escucha el llamado de advertencia, acude cuanto antes y, consecuentemente, aprende que debe reproducirlo si en un futuro se encuentra en una situación similar.

El descubrimiento que confirma la mayor teoría de Charles Darwin
"Por primera vez, hemos documentado una vocalización que tiene componentes aprendidos e innatos, lo que podría mostrar cómo las señales aprendidas pueden haber evolucionado a partir de llamadas innatas de una manera sugerida por Charles Darwin", aseguró William Feeney, codirector del estudio.
La integración de ambos comportamientos podría estar marcando entonces un nuevo capítulo en la historia evolutiva de estos animales: "La evolución de la vocalización quejumbrosa está afectando los patrones de comportamientos cooperativos entre las aves de todo el mundo", afirmó James Kennerley, coautor principal del estudio.


