

Los microplásticos están presentes en el aire, el agua y los alimentos, pero ahora también se ha descubierto una nueva fuente de exposición cotidiana: la goma de mascar.
Un estudio piloto de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló que mascar chicle puede liberar hasta 3.000 partículas de microplásticos por pieza, lo que supone un riesgo potencial para la salud.
Chicles y microplásticos: un hallazgo preocupante
El estudio analizó cinco marcas de chicles sintéticos y cinco de chicles naturales disponibles en el mercado. Para medir la liberación de partículas, una persona mascó cada muestra durante 4 minutos, recolectando saliva cada 30 segundos.
En otro experimento, el masticado se prolongó hasta 20 minutos para evaluar la liberación progresiva de microplásticos.

Los resultados fueron alarmantes:
Se encontraron un promedio de 100 partículas de microplásticos por cada gramo de chicle.
Algunas muestras liberaron hasta 637 partículas por gramo.
Una pieza de chicle puede desprender hasta 3.000 microplásticos.
Se estima que una persona que consume chicle regularmente podría ingerir 30.000 partículas de microplásticos al año.
¿Los chicles naturales también liberan plásticos?
Contrario a lo esperado, los chicles naturales también liberaron microplásticos, con niveles similares a los sintéticos. Esto se debe a la presencia de polímeros comunes en su composición, como:
Polietileno
Polipropileno
Tereftalato de polietileno (PET)
Poliestireno
La investigación sugiere que estos plásticos podrían provenir de ingredientes añadidos o procesos de fabricación contaminados.
¿Cómo se liberan los microplásticos?
El desprendimiento de partículas ocurre por la abrasión mecánica del masticado, no por reacciones químicas con la saliva. Además, se observó que:
El 94% de los microplásticos se libera en los primeros 8 minutos de masticado.
La mayor cantidad de partículas se desprende en los primeros 2 minutos.
Más allá del impacto en la salud, el chicle es un grave problema ambiental. Si no se desecha correctamente, libera plásticos al suelo y cuerpos de agua, agravando la contaminación global.
¿Cómo reducir el riesgo?
Los expertos sugieren algunas estrategias para disminuir la exposición a microplásticos:
Mascar más tiempo una misma pieza en lugar de cambiarla frecuentemente.
Optar por alternativas realmente biodegradables.
Deshacerse correctamente del chicle para evitar que contamine el ambiente.
Exigir regulaciones más estrictas sobre los materiales utilizados en su fabricación.





