

Pablo Benitez Jaccod (*)
La revolución tecnológica liderada por las petroleras norteamericanas, la cual permitió extraer petróleo y gas de yacimientos no convencionales, marcó un antes y después en la geopolítica hidrocarburífera mundial.
Esta realidad posicionó a la Argentina a través del yacimiento de Vaca Muerta, ante un desafío estratégico de interés nacional, el de ser exportadores de gas natural licuado (GNL) a escala global, y comenzar a participar en la transición gasífera que experimenta la matriz energética de la región del Pacífico. La cual, según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se espera que represente alrededor del 80% de las importaciones mundiales de GNL para 2040.
También aparece como urgente, la necesidad de Europa de eliminar la dependencia de gas ruso. La Agencia internacional de energía (AIE ), en su documento titulado "A 10 Point Plan to Reduce the European Union's Reliance on Russian Natural Gas'', señala que, en su conjunto, a finales de esta década vencerán contratos con Gazprom por valor de casi 40.000 millones de m³ al año. Esto proporciona a la UE una clara oportunidad a corto plazo para diversificar sustancialmente su abastecimiento y contratos de gas hacia otras fuentes. Para la AIE, será fundamental para Europa, el fortalecer la cooperación internacional con exportadores alternativos de GNL.

Lo cierto, es que, para materializar esta oportunidad, se necesitan enormes caudales de inversión extranjera directa. El ‘'shale'' se ha convertido en sinónimo de innovación tecnológica del capitalismo avanzado. La modernización de la infraestructura vinculada a esta actividad implica necesariamente un aumento de la capacidad del crecimiento potencial de largo plazo de este rubro, lo que fortalece de manera directa su relevancia internacional.
Durante los últimos años distintos análisis, como el documento presentado por el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA), han sostenido que para aprovechar plenamente el potencial de las reservas del yacimiento Vaca Muerta, harán falta entre u$s 15.000 y u$s 20.000 millones por año. En el 2021, el instituto Oxford de Estudios Energéticos, estimo que el boom exportador de gas desde Vaca Muerta podría ocurrir a partir del 2030 y si se invirtieran u$s 50.800 millones. Señalando además que: ‘'En el período 2014 a 2019, el promedio invertido en upstream fue de u$s 7.500 millones/año (u$s 4.500 millones para no convencionales en 2019)''

La realidad es que Argentina se encuentra desde hace décadas, al margen de las corrientes de Inversión Extranjera Directa (IED) necesarias para potenciar un activo como Vaca Muerta. De esto da cuenta un informe emitido por el Dr. Marcelo Elizondo, el cual señala que sobre 202 países medidos por la Conferencia de Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo (UNCTAD), somos uno de los países de peor desempeño en la evolución de la IED en lo que va del siglo XXI.
En el 2019, antes de la pandemia, el flujo de IED en todo el mundo ascendió a u$s 36,4 billones, cuando en el año 2000 alcanzó unos u$s 7,4 billones.
Dos grandes excepciones al crecimiento global en la evolución de IED son la Argentina, con un detrimento de u$s 16.421 millones (- 19,2%) y Venezuela, con una regresión de u$s 11.490 (-33,2%).
Es interesante observar la encuesta global de competitividad energética titulada "Energy Sector Competitiveness", elaborada por el Fraser Institute, ubica entre las 10 primeras jurisdicciones a nivel global, a todas regiones de los Estados Unidos y luego a las de Canadá, siendo Texas la jurisdicción más atractiva para la inversión en petróleo y gas.

Esta elección es realizada sobre 80 jurisdicciones que poseen el 53 % de las reservas mundiales probadas de petróleo y gas, y representan el 68 % de la producción mundial. La razón por la cual Texas es la región más atractiva para la inversión energética a nivel mundial se explica por la solidez de sus instituciones de libertad económica, las cuales generan una actividad empresarial que se caracteriza por un elevado volumen de inversiones y elevada productividad.
Ahora, las inversiones sólo vendrán si las reformas de nuestro sistema económico encuentran su ancla de solidez en las instituciones del capitalismo avanzado, siendo la única forma de atraer inversiones y alcanzar una competitividad que nos permita aumentar mercados y eliminar "el riesgo argentino".
Vaca Muerta/ Cuenca Neuquina es un activo energético de gran atracción global, pero ubicado geopolíticamente en el mundo emergente, por lo tanto, el indicador riesgo país es decisivo.
En nuestro caso, el pendiente acuerdo Mercosur-Unión Europea (Zona Euro) es trascendental a los fines expuestos. Un futuro acuerdo y entendimiento con la zona del NAFTA es fundamental para converger en competitividad. A medida que crecen los acuerdos comerciales entre las potencias económicas con los países emergentes, también lo hacen los flujos de inversiones internacional entre los signatarios
La inserción internacional de la Argentina la cual debe acompañarse con reformas de mercado es la llave para participar en la geopolítica del gas natural en el siglo XXI. La diplomacia del ‘'oil & gas'' que conozca y abra mercados en coordinación con la actividad privada, debería ser parte fundamental en la política exterior venidera.
(*) Magíster en Economía Política. Licenciado en Relaciones Internacionales. Presidente de la Fundación Progreso y Libertad/Neuquén.


