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Incorporar frutas y verduras a la alimentación diaria puede parecer un desafío, pero hay formas simples de hacerlo. Una de las más efectivas es a través de los jugos naturales.

Aunque el clásico de naranja y el verde suelen liderar las preferencias, el jugo de zanahoria se posiciona como una opción poderosa por sus múltiples beneficios nutricionales. Esta verdura, originaria de Eurasia y del norte de África, es una hortaliza que destaca por su raíz, rica en vitamina A y carotenoides.

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), una zanahoria mediana puede cubrir hasta el 112% de las necesidades diarias de vitamina A en mujeres jóvenes, y cerca del 89% en hombres del mismo rango etario. Además, aporta vitamina C, B6, fibra, hierro, yodo y potasio.

Los beneficios del jugo de zanahoria

Si bien consumirla entera conserva mejor sus nutrientes, este jugo sigue siendo una excelente alternativa para quienes buscan una opción rápida, refrescante y saludable.

De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un vaso de 250 ml contiene:

  • 94 kcal
  • 2.24 g de proteína
  • 1.89 g de fibra
  • 9.23 g de azúcares
  • Antioxidantes como luteína y zeaxantina

Estos compuestos ayudan a combatir los virus, relacionados con enfermedades degenerativas y ciertos tipos de cáncer.

¿Por qué tomar jugo de zanahoria todos los días?

Un estudio de la Universidad Texas A&M-Kingsville, publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, demostró que consumir 250 ml diarios de jugo de zanahoria mejora las defensas antioxidantes del cuerpo.

Además, no altera los niveles de colesterol ni triglicéridos, lo que lo convierte en una opción segura para quienes cuidan su salud cardiovascular.

Entre sus beneficios más destacados se encuentran:

  • Protección visual: gracias a la vitamina A, el betacaroteno y la luteína.
  • Hidratación efectiva: por su alto contenido de agua y potasio, ideal después del ejercicio o en días calurosos.
  • Salud hepática: el betacaroteno ayuda a reducir la inflamación del hígado.
  • Prevención de enfermedades: los carotenoides y poliacetilenos pueden proteger frente a ciertos tipos de cáncer.
  • Cuidado de la piel: el betacaroteno actúa como protector natural contra los rayos UV, mientras que la vitamina C favorece la regeneración cutánea.
  • Corazón sano: el potasio y los antioxidantes ayudan a reducir la presión arterial y el riesgo de ACV.