

El contexto económico argentino obliga a los responsables de finanzas corporativas a convivir con la volatilidad como parte de la rutina. Durante la Innovation Summit organizada por El Cronista y la revista Apertura, referentes del sector analizaron los principales desafíos: la dificultad de planificar, la necesidad de sostener el financiamiento y las oportunidades que aún ofrece el país.
Pablo Miedziak, presidente del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), recordó que el organismo realizó su conferencia anual hace apenas dos semanas, sin embargo, con lo que sucedió tras las elecciones en la Provincia de Buenos Aires parecería que hubiera sido "hace dos años". Antes de los comicios, señaló, reinaba un optimismo moderado, pero luego la dinámica cambió abruptamente con saltos en el riesgo país, caídas en bonos y acciones y volvió a dar un giro con reciente el respaldo de Estados Unidos. "Hubo que tomar decisiones en panoramas completamente distintos", explicó.
El impacto en las compañías fue dispar. Mientras proyectos como Vaca Muerta requieren financiamiento constante para sostener su producción, muchas firmas más pequeñas enfrentan problemas para rollear deuda. "Las emisiones del gobierno anterior se colocaban al 0% dólar linked. Hoy renovar esos vencimientos puede implicar tasas del 8, 9 o 10%, si aparece la oportunidad", señaló Miedziak. De allí la importancia de tener los equipos listos para aprovechar ventanas de oportunidad que pueden durar apenas horas.
Para Nicolás Chejanovich, de la Fundación Colegio de Escribanos, la recuperación del crédito hipotecario es uno de los puntos positivos recientes, aunque todavía muy lejos de los niveles de los años 90. "Hoy tenemos tasas UVA que superan el 10%. El sistema legal está preparado, pero necesitamos estabilidad para que el mercado crezca de manera sostenida", planteó.
La banca pública también enfrenta limitaciones. Alejandro González, subgerente general de Finanzas del Banco Provincia, advirtió que la regulación no distingue entre entidades públicas y privadas, lo que condiciona su capacidad de cumplir un rol de desarrollo. "La volatilidad nos obliga a trabajar con plazos más cortos y revisar constantemente los escenarios. Hacer algo de largo plazo se vuelve inviable con estas tasas", sostuvo.
Desde la óptica de la consultoría, Marcos Bazán, socio líder de Estrategia, Riesgos y Transacciones de Deloitte Cono Sur, resaltó que la Argentina mantiene atractivos en energía, minería y agronegocios, además de ventajas estratégicas como la ubicación, la ausencia de conflictos bélicos y el huso horario compatible con Norteamérica. "El país es fascinante si se lo mira en el largo plazo. Las multinacionales aprendieron que deben asociarse con empresarios locales para compartir riesgos y comprender cómo operar en un mercado complejo", afirmó.
En coincidencia, todos remarcaron que la clave para el futuro es lograr estabilidad regulatoria, impositiva y laboral. "Las compañías necesitan las mismas reglas durante diez años para poder planificar", sintetizó Miedziak. Mientras tanto, la consigna sigue siendo la misma: adaptarse rápido, cuidar la liquidez y estar listos para actuar cuando la volatilidad deje abierta una oportunidad.
