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La empresa finlandesa ReOrbit quiere en 2025 comenzar a ensamblar satélites en la Argentina y exportarlos a países de la región, a través de la infraestructura que tiene disponible por un convenio con la empresa estatal Veng, la que forma parte de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales(CONAE).

El convenio de cooperación firmado en 2022 permitiría a ReOrbit utilizar las instalaciones del Centro Espacial Teófilo Tabanera, en la localidad cordobesa de Falda de Cañete, que tiene una capacidad adecuada para la conformación del hub regional que pretende la empresa, y en las que está dispuesta a invertir para acompañar su crecimiento a tono con el desarrollo del negocio.

La empresa tiene la casa central en Helsinki, Finlandia, una filial en la Argentina y está próxima a abrir otra en la India para cubrir el mercado asiático.

Además, tiene vigente un contrato con la Agencia Espacial Europea para la construcción de un satélite de última generación para observación de la tierra y comunicación láser, y de otros proyectos con organismos europeos para la estandarización de la producción de satélites.

Hace una semana, firmó un acuerdo con una empresa de Malasia para proveerles un satélite GEO de comunicaciones definido por software para brindar conectividad y garantizar una conectividad sobre la totalidad del territorio de Malasia.

Meta de crecimiento

Carlos Pedalino, CEO para Latam de ReOrbit, explicó que "la compañía está creciendo en el país y está en un proceso de duplicar su plantel actual, de 15 ingenieros, porque el próximo paso es tener la posibilidad de producir en la Argentina, para lo que apuntamos a que el año que viene sea el momento de dar ese salto".

La empresa se especializa en la fabricación de satélites de comunicaciones para clientes gubernamentales, para la defensa y para privados, lo que está teniendo un gran crecimiento en los países de América latina que se están convirtiendo en contratos.

"El mercado regional es uno de los más importantes porque los países están avanzando en la soberanía de las comunicaciones, quieren tener sus propios satélites y dejar de lado la compra de servicios a otros mercados que no les brinda total autonomía de decisión y manejar el circuito y el tráfico de datos como quieran", explicó el directivo.

"Para nosotros el hardware es un commodity, no estamos enfocados en el desarrollo de las partes que componen el satélite, somos más una empresa de software con un equipo de profesionales con mucha experiencia en la industria, que son arquitectos o ingenieros de sistemas que diseñan el satélite desde el concepto", explicó el ejecutivo, al resaltar la flexibilidad de soluciones.

La instalación productiva en la Argentina responde no sólo a la cercanía geográfica, el idioma, o la idiosincrasia, sino a "la capacidad de los recursos humanos y la infraestructura adecuada, que permiten que las condiciones iniciales estén dadas para dar el salto", reafirmó Pedalino.

En la industria satelital la empresa redireccionó la atención de su servicio hacia el software
En la industria satelital la empresa redireccionó la atención de su servicio hacia el software

La mirada de la casa matriz

Sin embargo, la decisión final de la casa matriz se encuentran en los aspectos burocráticos vinculados a las necesidades de importación temporaria de equipos y materiales específicos para su ensamblado local, y luego de las pruebas y ensayos hay que encarar el trámite de exportación hacia la base de lanzamiento en los Estados Unidos.

"Todas esas posibles trabas que se vivieron en los últimos años significan tiempo y dinero, algo que es un diferencial para la empresa que ofrece al mercado la disponibilidad de un satélite entre los 18 y los 30 meses según el modelo, cuando el resto de la industria puede demorar hasta cinco años, y a un valor que es sensiblemente menor", aseguró.

Por estos motivos, principalmente, "en la Argentina tenemos que superar algunos desafíos para mantener la confiabilidad y competitividad" frente a la competencia.

La clave de ese diferencial de precio y tiempo está en el concepto productivo de ReOrbit, ya que la empresa decidió no tener una integración vertical sino los compra los componentes estandarizados a proveedores especializados y se dedica en el ensamblado y en el desarrollo del software adecuado para cada cliente.

El país es considerado uno de los pocos que tiene la tecnología y capacidad necesaria para fabricar satélites, lo que destaca al territorio en cuanto a competitividad internacional y representa ingreso de divisas importante.