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Mariano Grassi, representante de Commodities -uno de los mayores acreedores de Vicentin- y autor de una de las propuestas para su salvataje, consiguió el apoyo y cerró un acuerdo comercial y financiero con la gigante de la agroindustria Bunge.

La propuesta del empresario, que también cuenta con el respaldo de la estadounidense Cargill y del mayor acreedor de Vicentin, Esteban Nofal, ya consiguió la adhesión de la mayoría del capital a su oferta y le resta recolectar 150 votos más para lograr el número de acreedores solicitado por la Ley de Concursos y Quiebras para homologar su oferta (dos tercios del capital).

La alianza con Bunge es similar al acuerdo que Grassi ya tiene con Cargill. El objetivo es operar los activos de la concursada en conjunto, así como el manejo de granos y el negocio de molienda en las instalaciones de Avellaneda y Ricardone, y la planta de Renova.

Será, entonces, una explotación conjunta e integrada. Esto quiere decir que Bunge no ingresará en el cramdown, ni que se quedará con acciones de la empresa. Por el contrario, ambas empresas oficiarán como 'socios globales' para que, el día que Vicentin retome su actividad, sobre todo, con el exterior, tenga posibilidades de enviar sus productos fuera del país.

Bunge fue uno de los principales actores del proceso judicial de Vicentin a lo largo de los últimos años. Es que, junto con Viterra y ACA, había presentado una propuesta de salvataje que, aún con las mayorías requeridas por la ley, no logró la homologación en la Justicia. A medida que el concurso se complicó, la gigante se alejó de la cerealera y solo continuó aportando granos a fasón para contribuir con la mantención de su actividad.

La propuesta de las cerealeras contemplaba el paso del 95% de la compañía a los llamados inversores estratégicos (Bunge-Viterra y ACA) a cambio de una inyección de u$s 300 millones en capital de trabajo y el blindaje de la empresa por 12 años.

La apuesta de Molinos y LDC para hacerse con Vicentin

Esta noticia llega en un momento de fuerte tensión en vísperas de la resolución del conflicto, que será a fin de mes. Esta semana, Unión Agrícola Avellaneda anunció su respaldo a la otra propuesta de salvataje en carrera, la de la alianza entre Molinos Agro y Louis Dreyfus Company (LDC). En tanto, a última hora del viernes, las compañías mejoraron su propuesta.

Esta se aplicará automáticamente a quienes ya hayan adherido al acuerdo y contempla un aumento en los pagos nominales, una reducción en los plazos y la incorporación de pagos complementarios. Para las acreencias de hasta u$s 130.000, se prevé el pago del 100% del monto a los 30 días de la homologación judicial, lo que beneficiará a casi el 80% de los acreedores quirografarios.

En el caso de las deudas superiores a u$s 400.000, la opción de pago en diez cuotas anuales sumará un anticipo en efectivo de u$s 25.000 -pagadero también a los 30 días de la homologación- y un incremento en el porcentaje de las primeras nueve cuotas, acelerando así el recupero.