"Las historias de emprendedores son lindas, pero pasa un tiempo y hay que seguir reinventándose", dijo Paul Petrelli, uno de los fundadores de Le Blé, la cadena de cafeterías con 'alma europea' que ya tiene 39 locales en Capital Federal y Gran Buenos Aires y admite vivir años duros para el sector.
La compañía apunta a seguir creciendo en el país con un mix entre franquicias y locales propios. "Estamos viviendo dos años muy duros en términos económicos para la gastronomía", asumió Petrelli, a la vez que reconoció que la apertura de nuevos locales responde a la necesidad de ampliar el negocio. En ese marco, reconoció que la marca tiene en carpeta dos aperturas en la Ciudad de Buenos Aires y otra en Ramos Mejía.
Se trata de una nueva boulangerie en Beruti y República Árabe de Siria, en Palermo, y un segundo local en Rodríguez Peña y Juncal, en el barrio de Recoleta. En el conurbano, todavía no cerró el contrato.
Para el año que viene, además, Le Blé ya proyecta la apertura de otras cinco nuevas sucursales.

"Estamos viendo una venta y recompra de locales. Hay una parte de sucursales que pasó de propio a franquiciado y otras que hicieron el proceso inverso", reconoció el empresario. Para noviembre del año pasado, el 35% de sus ingresos provenía de locales propios y el 65% restante de las franquicias. Hoy, aseguraron, es al revés.
"El consumo sigue bajando. Creo que igualmente hemos llegado a un piso que no se va a perforar y para marzo del año que viene podemos llegar a ver un rebrote, u otro ánimo. No sé si llegaremos a los números de 2023, que fueron maravillosos, pero sí proyectamos mejorar el nivel del año pasado. Por esa razón, la apertura de bocas es muy importante", reconoció el empresario que fundó la empresa en 2008 junto a su mujer, Donatienne Fievet.
A pesar de que el año pasado Le Blé tuvo un intento de expansión internacional, con la apertura de un local en Madrid, la operación no se concretó. "Hoy doy gracias que no sucedió porque si le hubiéramos destinado el foco a ese proyecto en un año tan difícil para la Argentina, hubiera sido muy fuerte", asumió Petrelli y aclaró: "Todo el mundo tiene la ideología de abrir en el exterior. Pero pensamos que todavía tenemos mucho por hacer en la Argentina".
En tanto, Fievet reconoció que "a veces aparecen las ganas o la idea de hacerlo, pero la realidad es que los últimos años nos enseñaron que hay que reinventarse todo el tiempo". A su vez, reconoció: "Lo mas difícil es mantenerse en el tiempo como marca, y eso realmente necesita mucho foco en los temas locales. Nosotros, además de tener los locales, tenemos producción propia, por ende son dos rubros en los que trabajamos".
En una planta de 1000 metros cuadrados (m2) ubicada en el barrio porteño de Colegiales, Le Blé produce mensualmente un total de 400.000 piezas que comercializa en sus locales y diferentes puntos de venta que tiene en el país. Esta se inauguró en 2022, en la que invirtió $ 60 millones para ganar escala sin perder su esencia artesanal.
La gestión de la fábrica y la calidad de sus productos es el único no-negociable de los emprendedores, quienes tuvieron un pasado en la industria aeronáutica. De hecho, Petrelli y Fievet se conocieron cuando ambos trabajaban en Chile para la aerolínea LAN. Se instalaron en la Argentina, luego de hacer carrera corporativa y vivir 22 años en el exterior.Así fue que el matrimonioargentino-belga fundó la empresa.
"Venimos del mundo corporativo. Trabajábamos en una empresa en la que el tema de la gestión era el centro de todo. Esa experiencia nos obligó a mirar hacia adentro y a reestructurar un montón de cosas, a ser eficientes. Lo único que no se toca es la calidad del producto", expuso el empresario.
Le Blé nació como un emprendimiento barrial y apuesta por seguir creciendo en esa dirección, reivindicando las cafeterías y panaderías artesanales porteñas con el touch de la influencia europea.
La marca ofrece dos tipos de franquicias: el formato café-restó con salón y la modalidad de panadería con un tamaño más chico con solo take-away. La inversión inicial de u$s 120.000, que incluye el fee y todos los gastos para comenzar, mientras que el recupero se alcanza entre 24 y 30 meses.



