Con resignación a que, por el impacto de precios que provocó la invasión de Rusia sobre Ucrania, habrá que pasar el invierno, los CEO de la industria energética advirtieron que la crisis de abastecimiento energético que la Argentina sufrirá en los próximos meses replantea la necesidad de concretar -y acelerar- proyectos claves para el sector que, desde hace años, son apenas carpetas. Además del gasoducto que amplíe el potencial de evacuación de gas de Vaca Muerta -el Gobierno ya puso en marcha la licitación de su primer tramo-, ya apuntan a otro viejo sueño: una planta de GNL.
"No me imagino un 2022 con precios internacionales bajando de los niveles actuales. Eso es una mala noticia para la Argentina, por el impacto en su balanza energética", observó Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy Group, en la tercera jornada de la Argentina Oil & Gas (AOG), que se desarrolla en La Rural.
El año pasado, recordó el también accionista de PAE, con los valores de entonces, el Gobierno pagó u$s 1200 millones por 55 buques de gas natural licuado (GNL). "Para este año, se proyectaban 60 a 65 barcos. No creo que, con el nuevo contexto, esos cargos estén disponibles en el mercado", explicó.
Sin embargo, rescató: "Lo positivo es que, en estas situaciones, se tiende a revisar prioridades". Se refirió al desarrollo de Vaca Muerta y de otros proyectos de oil & gas. "Para aprovechar eso, se necesitan dos condiciones: ampliar capacidad de transporte y encontrar mercados externos", aclaró.
Bulgheroni ponderó la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner, cuyo primer tramo permitirá evacuar de Vaca Muerta 11 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) adicionales y, a futuro, será clave para cerrar el anillo que permita exportar a Brasil, un mercado potencial de 40 millones de m3, mensuró.
También insistió sobre un viejo sueño de la industria: la planta de GNL. "Es un proyecto de u$s 10.000 millones a u$s 15.000 millones", dimensionó. Propuso que esté a cargo de un consorcio que lidere YPF y en el que participen todos los productores, empresas con expertise en el manejo de ese tipo de operaciones y potenciales compradores. "Del Gobierno, necesitamos lo de siempre: señales claras", precisó. Remarcó la necesidad del libre acceso a divisas: "Si uno mira a lo largo de la historia, la industria siempre aportó ingentes divisas a la balanza comercial del país. No creo que haya una nueva condición para que eso cambie".
"Procesos como la guerra en Ucrania hacen que la política, la sociedad y la industria reflexiones sobre las prioridades: si nunca iniciamos algo, nunca vamos a terminarlo", finalizó.
Invierno jugado y Potencial en off shore
"Veo de lo que se habla, escucho. Pero hay un trecho, todavía, por andar. Necesitamos superar varias etapas antes de pensar en grandes cosas, que son faraónicas", observó Javier Rielo, director general de Total Austral y director general de Cono Sur de la francesa TotalEnergies.
El ejecutivo elogió la disertación de Bulgheroni, quien, a su entender, dio una "clase magistral de macroeconomía" (sic) para explicar el impacto de la guerra de Ucrania en los mercados energéticos actuales y a futuro. No obstante, recargó tintas sobre la lista de pendientes del país.
"Hay que pensar en el invierno que viene: en cómo garantizar el abastecimiento", señaló, en relación al de 2023. "Éste ya está jugado", aclaró. "Para todo lo que tenemos que hacer, necesitamos que las cosas sean claras", aseguró.
Rielo coincidió con Bulgheroni en el acceso a las divisas, firme e histórico reclamo del sector. "No sólo para girar dividendos: también, para pagar importaciones. Es muy feo que te exijan un pago anticipado para darte un equipo, o te quieran meter una cláusula por expropiación o no te quieran firmar un contrato a cinco años... Son cosas que podemos trabajar en las oficinas. Pero, cuando bajamos a los ingenieros, son un problema: complica los proyectos, los atrasa", explicó.
"Todos coincidimos en lo que hay que hacer. Pero tenemos que hacerlo paulatinamente, paso a paso", insistió.
Rielo destacó el potencial argentino en exploración off-shore. "Es enorme. Si hay en Brasil y en África, no hay razón para que ese play no esté en la Argentina", afirmó. El CEO de Total compartió panel con Sean Rooney, presidente local de Shell, uno de los socios del proyecto de exploración en aguas profundas a 400 kilómetros de la costa de Mar del Plata. "Exploración es exploración. Hay que manejar las expectativas", aclaró. "Si hay un play verdadero, tiene todo el potencial de ser otro Vaca Muerta", aseguró.
El ferrocarril del siglo XXI
"La paradoja de la escasez de lo que abunda", definió, por su parte, Horacio Turri, director ejecutivo de Exploración y Producción de Pampa Energía, al potencial argentino en hidrocarburos. Comparó la situación actual de Vaca Muerta con la de La Pampa húmeda a fines del siglo XIX. "En ese momento, se invirtió fuerte para tener un boom exportador. Los gasoductos son los ferrocarriles del siglo XXI", trazó el paralelo.
Turri resaltó, también, la necesidad de industrializar el gas con la producción de GNL y de urea. "Todas las restricciones de Vaca Muerta, hoy, pasan por un problema de infraestructura, de evacuación", cerró el ejecutivo.
Pampa invertirá más de u$s 400 millones este año para que su producción de gas llegue a 11,3 millones de m3/d, 60% más que en 2020. Según cálculos de la empresa, esa producción incremental le permitiría ahorrar al país u$s 1000 millones en importaciones de GNL.
Otra empresa que anunció inversiones fue la alemana Wintershall Dea: más de 350 millones de euros en cuatro años para sus proyectos gasíferos en el país. Manfred Boeckmann, su managing partner local, confía en el potencial a mediano y largo plazo. Sobre proyectos como los gasoductos o una planta de GNL, opinó: "No son una solución de una mañana para la otra. Rqeuieren ingentes recursos de inversión. Para eso, se necesita estabilidad, previsibilidad".
"El gasoducto...", sonrió a su turno Teófilo Lacroze, presidente de Raízen, refinadora que tiene la licencia para comercializar la marca Shell en el país y CEO de la filial local de la angloholandesa hasta la venta de sus activos de downstream al grupo brasileño, hace casi cuatro años. "El gasoducto es algo de lo que hemos hablado mucho. También, del GNL. Las cosas de las que hablemos ahora, recién, se verán en cinco o 10 años. Necesitamos que todo lo que discutimos se haga", enfatizó.



