En un mercado altamente concentrado en el que tres grandes grupos multinacionales concentran el 56% de la producción y venta de libros en Argentina, las editoriales pymes o "independientes" son las más afectadas por el freno en la actividad y el consumo. Según datos de la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), el último año cayó un 15% la producción tanto de títulos como de ejemplares totales, mientras que las ventas se desplomaron un 25%, principalmente debido a que no hubo compra de libros por parte del Estado para escuelas y bibliotecas. Si sólo se consideran las ventas minoristas, la caída fue del 12%, pero lo cierto es que las compras públicas de ejemplares tenían un peso importante para esta industria, y representaban hasta 2015 el 14% del total y hoy son menos del 1%, según se destaca en el informe El Libro Blanco de la Industria Editorial Argentina 2017, publicado por la CAP.

Por otra parte, al liberarse las restricciones a las importaciones de libros a partir de 2016, éstas han aumentado fuertemente, debido a que los altos costos locales (principalmente impositivos, por la incidencia del IVA en toda la cadena de producción y comercialización) están volcando a algunas editoriales a imprimir sus textos en el exterior.

Pese a esta difícil situación, las editoriales pymes organizan a partir de mañana y hasta el domingo 11, la Sexta Feria de Editores, un espacio en el que estos sellos independientes presentan novedades y organizan charlas y actividades de encuentro con su público lector. La cita será en Santos Dumont 4040, en el barrio porteño de Palermo, de 15 a 20 horas y con entrada gratuita.

Este año, participarán 115 editoriales argentinas (entre ellas 24 de las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires) y 25 de otros países iberoamericanos. Y la actividad cerrará el domingo a la tarde con una entrevista abierta al novelista y ensayista Luis Gusmán.

"Los costos subieron, especialmente el papel y la imprenta, y las ventas se resienten", destacó Hernán López Winne, socio de Ediciones Godot, especializada en ensayos sobre Ciencias Sociales, Filosofía y Política, y uno de los sellos que presentarán a sus autores y novedades en la feria. "Este es un negocio que requiere previsibilidad, porque entre el comienzo de la edición de un libro y su llegada a las librerías pasan por lo menos seis meses, y con la actual inflación ni los proveedores ni las imprentas nos pueden presupuestar con esa antelación y mantener el precio".

Respecto al año pasado, los valores de los libros aumentaron "entre 20 y 30%, restringiendo nuestro margen", explicó el editor. También optaron por editar menos títulos, aunque no pueden acortar las tiradas ya que "los costos fijos subirían y no alcanzaríamos a cubrir todos los canales de venta", explicó.

En estos momentos "hay que ser creativo, buscar canales alternativos de venta como las redes sociales y las nuevas librerías online, que están creciendo muchísimo. Cada vez más gente se dedica a comprar, vender y recomendar libros por Internet", aseguró. En tanto, también se están abriendo librerías creadas por cooperativas de editoriales independientes, y hay cada vez más ferias regionales de libros en distintas provincias y municipios, en las que los editores pymes aprovechan para presentar su catálogo.