A poco menos de un mes desde su cambio de manos, Celulosa Argentina, que aún permanece sin actividad en sus plantas, confirmó pérdidas en su último ejercicio y adelantó que no pagará dividendos a las acciones ordinarias, es decir, que los accionistas comunes no recibirán ganancias este año.

En cambio, la compañía que ya está en concurso preventivo por un pasivo de más de u$s 128 millones, aseguró en un documento que envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que sí pagará el dividendo correspondiente a las acciones preferidas,que tienen prioridad sobre las ordinarias para cobrar utilidades.

Estas decisiones resultaron de una asamblea que se realizó a fines de septiembre, escenario en el que también se resolvió extender el programa que habilita a la empresa a emitir deuda y delegar en el directorio las decisiones sobre su implementación, lo que le permitirá a Celulosa Argentina mantener margen de maniobra financiera mientras continúa su proceso de reestructuración en el marco del concurso preventivo.

Actualmente, Celulosa está en manos de Esteban Nofal, financista y dueño del grupo inversor nacional CIMA. El empresario concretó la compra de la empresa por un valor simbólico de u$s 1. Adquirió las acciones anteriormente en manos de Douglas Lee Albrecht, José Manuel Urtubey y Juan Manuel Collado. Además, compró el 100% de las participaciones de Tapebicua Cayman Limited. Con esta operación, Nofal pasó a controlar aproximadamente el 45,5% del capital social y de los votos de la compañía.

La empresa también decidió no capitalizar la cuenta Ajuste de Capital, lo que significa que no transformará las pérdidas acumuladas en aumento de capital; en otras palabras, las pérdidas siguen registradas sin modificar la estructura accionaria. Además, designó a Becher y Asociados, BDO, como contador de los estados financieros para el próximo ejercicio.

Estas novedades se dan en un momento en el que las plantas productivas de Celulosa ubicadas en Capitán Bermudez y Zárate, aún permanecen con tareas mínimas de mantenimiento. Según informó la Federación de Papel, los trabajadores de aquellas fábricas arrastran dos meses sin cobrar sus haberes quincenales, al mismo tiempo que faltan certezas acerca de una posible reanudación de la producción. El nuevo directorio de la empresa, en tanto, aseguró al Ministerio de Trabajo provincial que la fábrica se reactivará "lo antes posible", a la vez que se cancelarán las deudas salariales sin efectuar despidos.