Southern Energy, el joint venture fundado por Pan American Energy (PAE) y la noruega Golar, y que ya también tiene a YPF, Pampa Energía y Harbour Energy como accionistas, confirmó que su inversión para exportar GNL a partir del gas producido en Vaca Muertasuperará los u$s 15.000 millones.

La empresa avanzó con la decisión final de inversión para instalar un segundo barco de licuefacción, el MK II, en la provincia de Río Negro. Se sumará, de esta forma, al Hilli Episeyo, buque anunciado hace un año, cuando se constituyó el proyecto. Sólo la embarcación original, la iniciativa implicaba un desembolso de u$s 7000 millones, según había precisado en mayo, cuando el Gobierno autorizó su ingresó al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

Los u$s 15.000 millones se desembolsarán a lo largo de los 20 años de operación de ambos barcos. Entre los dos, podrán producir 6 millones de toneladas de gas natural licuado, equivalentes a casi 27 millones de metros cúbicos (m3) diarios de gas natural que se destinarán a mercados externos. Southern Energy generará exportaciones totales que podrían alcanzar los u$s 20.000 millones entre 2027 y 2035 y creará 1900 puestos de trabajo directos e indirectos durante la etapa de construcción.

En julio del año pasado, PAE anunció la constitución del joint venture con la noruega Golar para, se informó en ese momento, contratar un buque licuefactor, el Hilli Episeyo. Esta embarcación tiene una capacidad de 2,4 millones de toneladas anuales de GNL, equivalentes a 11,5 millones de m3 diarios de gas natural. La contratación fue por 20 años, para iniciar los despachos del fluido de Vaca Muerta a partir del último cuatrimestre de 2027. La locación elegida es el Golfo San Matías.

Ese era el volumen proyectado sólo en caso de ser abastecido con el gas que produce PAE. Desde el minuto uno, Marcos Bulgheroni, CEO del grupo, aclaró que estaba abierto a sumar a otros productores como socios para escalarlo. Así, se sumaron Pampa Energía, primero, y Harbour Energy -ex Wintershall Dea- después. Sin embargo, ganó otra dimensión en diciembre, cuando YPF acordó su ingreso a Southern Energy.

Horacio Marín, CEO de la empresa que controla el Estado nacional, apuntó hacia allí luego de que la malaya Petronas se bajó de Argentina LNG, la iniciativa de, por lo menos, u$s 40.000 millones, que apuntaba a construir una planta de licuefacción en la Argentina. YPF ya había elegido hacerla en Río Negro y no en Bahía Blanca, debido a que la provincia patagónica -a diferencia de la que gobierna Axel Kicillof- había adherido al RIGI.

En paralelo, apuntó hacia otras aguas para encontrar compradores -y financiadores- de ese proyecto. Así, llegó a los acuerdos con Shell y ENI, además de los memorándums de entendimiento que firmó en enero con empresas de la India.

En mayo, el Gobierno aprobó el RIGI para el proyecto con el primer barco, una inversión de u$s 6878 millones. En simultáneo, Southern Energy anunció la contratación de un segundo barco, el Mark II, posibilidad que se había abierto -y trascendido- ni bien Golar había encargado su reconversión, en agosto, a un astillero chino, con una inversión de u$s 2200 millones.

El ingreso de YPF fue determinante para la incorporación de una nueva nave. De hecho, en virtud de esa relevancia, pasó a ser el segundo accionista del joint venture, con una participación del 25%. PAE, que tenía el 40%, la redujo al 30%. Pampa, de Marcelo Mindlin, tiene el 20%,Harbour el 15% -share original de YPF cuando entró en el proyecto- y Golar, el 10 por ciento.

Ahora, los socios del "proyecto de PAE" -como lo suele reconocer Marín- decidieron avanzar con la decisión final de inversión (FID), por su sigla en inglés) de esta segunda embarcación. El desembolso estimado, en este caso, superará los u$s 3200 millones durante la primera fase (hasta 2031) y será de casi u$s 2800 millones en la segunda (2032-2035). Totalizará unos u$s 6000 millones entre las dos. El segundo barco estará operativo a fines de 2028. Por este nuevo proyecto, deberán aplicar a otro RIGI, ya que el aprobado sólo se hizo por el primer buque.

Será, también, la concreción de la primera etapa de Argentina LNG. El martes, durante su animada participación en el AmCham Energy Forum, el CEO de YPF aseguró que, entre 2027 y 2029, la Argentina exportará 100 millones de m3 diarios, entre los buques con Golar (6 millones de toneladas), los dos con ENI (12 millones de toneladas) Shell (6 millones de toneladas).

"Vamos a avanzar con eficiencias de infraestructura. Vamos a hacer todo wet. El buque es una planta. Lo hagas en un barco o en una planta onshore, son los mismos equipos. Con los precios que nos han pasado, es nuestra obligación defendiendo el valor de los accionistas hacer barcos: con los barcos aumentamos la rentabilidad y hacemos viable el LNG que nunca en la Argentina estaba viable. ¿O piensan que los de PAE comen vidrio? ¿Que a ellos les gusta comer vidrio y a nosotros, tomar Coca-Cola? Comemos el mismo vidrio. ¿Por qué ellos lo hacen con barco? Porque es mucho más rentable, ganamos en tiempo, traer las cosas durante tres o cuatro años es gigante para la Argentina, son u$s 80.000 millones... y yo no quiero que mi hija ni mis nietos se vayan a la m...", explicó, en relación a la decisión, tomada en abril, de no construir una planta terrestre, sino pasar a un proyecto basado 100% en barcos.

"Creo que, cuando decía u$s 30.000 millones en exportaciones a partir de 2031, me quedé recontracorto", desafió a su moderadora. Anticipó que, en la primera mitad del año próximo, también se tendrán las decisiones finales de inversión de las fases con Shell y ENI, respectivamente llamadas Argentina LNG 2 (Shell) y Argentina LNG 3 (ENI). El plan contempla la incorporación de otros dos socios estratégicos internacionales para seguir su ampliación.

Por lo pronto, Argentina LNG 1 prevé una inversión de u$s 15.000 millones a lo largo de sus 20 años de vida útil en toda su cadena de valor. "Además, permitirá viabilizar inversiones adicionales de desarrollo en Vaca muerta y un mayor nivel de actividad en el upstream", explicó el comunicado del anuncio. Es que la iniciativa implica la construcción de un gasoducto específico, calculado en u$s 300 millones y que será el más grande de la Argentina, a través del cual, enfatizó Marín en AmCham, pasará "la mitad de la producción actual de gas del país".