La local Aconcagua Energía le compró a la peruana Inkia Energy sus activos en la Argentina. La empresa, fundada por los ex YPF Javier Basso y Diego Trabucco, se quedó con Orazul Energy Generating y Orazul Energy International Southern Cone, sociedades dueñas de la central térmica Alto Valle, la hidroeléctrica Cerros Colorados/Planicie Banderita (ambas en Neuquén) y el parque eólico Coronel Dorrego (Buenos Aires).

Con esta operación, cuyo precio se pagó en u$s 9,2 millones, Aconcagua, petrolera fundada en 2015, se expande en el negocio de generación de electricidad, la comercialización de gas y el de energías renovables. Consolida una capacidad de 832 megawatts (Mw), de los cuales 175 Mw corresponden a parques solares y eólicos, entre lo incorporado y los proyectos que la empresa ya tenía en marcha previo a la adquisición.

La central hidroeléctrica Cerros Colorados/Planicie Banderita tiene capacidad de 479 megawatts al año.
La central hidroeléctrica Cerros Colorados/Planicie Banderita tiene capacidad de 479 megawatts al año.

La compradora sumará a 102 personas a su plantel, que ahora será de 650 colaboradores en forma directa. Entre ellos, Mariana Schoua, CEO de Orazul y una de las ejecutivas más reconocidas de la industria energética, que en adelante liderará la flamante unidad de generación de Aconcagua.

"Aconcagua adquiere el negocio pero también el management, el know-how, de una empresa con 30 años de experiencia en el sector", explicaron los socios fundadores.

"Como línea de negocios, habíamos definido estratégicamente que Aconcagua sería un grupo de energía. Buscamos que la transición de fósiles a renovables fuese algo armónico en el tiempo y vaya haciéndose a través del desarrollo de negocios", explicó Basso, presidente de y CEO de Aconcagua Energía Renovable SA (Aersa), filial verde del grupo.

"Esta transacción nos ayuda a descarbonizar mucho nuestra operación en upstream", agregó Trabucco, presidente y CEO de Aconcagua.

Con ingresos de $ 5900 millones en 2022, Aconcagua dio un salto este año, tras un acuerdo al que llegó con Vista para operar los activos de hidrocarburos convencionales de la empresa de Miguel Galuccio.

La central térmica Alto Valle, de Neuquén, tiene una capacidad de generación de 97 megawatts.
La central térmica Alto Valle, de Neuquén, tiene una capacidad de generación de 97 megawatts.

Actualmente, produce 13.600 barriles equivalentes diarios (boed), de los cuales el 70% son de petróleo y el 30%, de gas, en un total de 1200 pozos en 13 concesiones convencionales de Río Negro, Neuquén y Mendoza. Sexto productor convencional del país, y noveno de petróleo, actualmente vende el 70% de su crudo en el mercado local, a clientes como Trafigura, YPF, Raízen y Axion (PAE), y exporta el 30% (le compran Trafigura, Raízen y Shell). Sus ingresos, en nueve meses de 2023, crecieron 5,9 veces interanual, a $ 23.594,45 millones.

El grupo también tiene una unidad de servicios petroleros. El paso siguiente de su expansión estratégica era la generación eléctrica y, en ese punto, encontró una oportunidad: el fondo estadounidense I Squared, accionista de Inkia, estaba de salida. "Después de siete años, ya había alcanzado una maduración de sus activos. Por eso, activó su estrategia de desinversión en América latina", contextualizó Schoua.

Después de cinco meses de negociaciones, el closing se firmó el miércoles a la mañana, en la sede de Aconcagua, sobre la calle Ricardo Rojas. Intervinieron los estudios Martelli Abogados (por el comprador) y Tavarone, Rovelli, Salim & Miani (por el vendedor). También participó Allaria Ledesma. El traspaso incluyó las participaciones minoritarias de Orazul en las centrales térmicas Manuel Belgrano (2,26%), San Martín (2,01%) y Vuelta de Obligado (1,35%). En conjunto, una capacidad de generación de 46 Mw.

Aconcagua prevé en tres meses el plazo de integración, entre la mudanza del nuevo equipo a sus oficinas y la unificación de líneas de trabajo. También, se hará una evaluación del portafolio de activos para definir los pasos siguientes. En especial, en renovables, ya que Aersa, que tiene dos proyectos solares en Mendoza -Luján de Cuyo y Malargüe, 115 Mw entre ambos-, cuenta con un programa de obligaciones negociables (ON) de u$s 120 millones aprobado en la Comisión Nacional de Valores (CNV).

"Empezamos a revisar la cartera de proyectos de Orazul para empezar a diagramar a futuro el crecimiento de mediano plazo", apuntó Trabucco.

El objetivo es incrementar capacidad de generación térmica y continuar potenciando los proyectos renovables. "En los próximos tres o cuatro años queremos alcanzar los 1000 megas de generación", afirmaron los fundadores, que tienen como meta integrar el top-10 de cada uno de los segmentos en los que Aconcagua participa.

Otro norte es la sinergia entre unidades de negocios. Para 2024, Aconcagua proyecta un crecimiento del 10% en su producción de hidrocarburos, a 15.000 barriles diarios en diciembre del año próximo. En principio, mantendrá el mix entre petróleo y gas. "Tenemos que terminar de definirlo. Ahora, nuestra integración permite tener sinergias con los nuevos negocios de generación y comercialización. Eso haría que se mueva más a gas que a petróleo", indicó Basso.