

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tomó una decisión contundente que marca el fin de operaciones para una entidad financiera con más de tres décadas en el mercado.
Esta medida, que afecta a miles de usuarios y pone en evidencia las consecuencias de las irregularidades financieras, representa un precedente importante en la supervisión del sector crediticio no bancario del país.
Credipyme, una unión de crédito fundada en 1993, fue oficialmente inhabilitada para continuar sus operaciones tras años de incumplimientos y sanciones acumuladas.
La caída de Credipyme: un historial plagado de multas millonarias
El camino hacia la revocación no fue repentino. Los registros oficiales revelan un patrón sistemático de infracciones que pusieron en alerta a las autoridades financieras. Durante los últimos dos años, Credipyme acumuló múltiples sanciones económicas que evidenciaron graves deficiencias en su operación.
Las cifras hablan por sí solas: en enero de 2025, la entidad recibió dos multas consecutivas que sumaron 882,000 pesos por no cumplir con los requerimientos mínimos de capitalización.
Estas sanciones representaron el golpe más fuerte a su ya deteriorada situación financiera. Pero el problema venía de tiempo atrás: en julio de 2024, dos multas de 96,000 pesos cada una señalaron irregularidades adicionales, mientras que en septiembre de 2023 otra sanción de 80,000 pesos la penalizó por no cumplir con el registro contable adecuado.
El último capítulo de este declive llegó en abril de 2025, cuando la CNBV impuso dos multas más de 20,000 pesos: una por incumplir con obligaciones en procesos crediticios y otra por no presentar información requerida en tiempo y forma.
Este patrón constante de incumplimientos demostró que Credipyme no solo enfrentaba problemas temporales, sino una incapacidad estructural para operar dentro del marco legal.

¿Qué significa la liquidación para los usuarios y el mercado?
La decisión tomada el 8 de octubre durante la sesión ordinaria de la Junta de Gobierno de la CNBV tiene consecuencias inmediatas y profundas. A partir de la notificación oficial, Credipyme quedó imposibilitada para realizar cualquier tipo de operación financiera y entró automáticamente en estado de disolución y liquidación.
Para los clientes activos de la unión de crédito, esto implica un proceso administrativo complejo donde se deberán resolver los créditos pendientes y determinar el destino de los recursos disponibles.
Aunque la entidad presumía contar con "una fuente diversificada de fondeo a través de la banca de desarrollo nacional e internacional, banca privada e inversionistas privados", la realidad mostró una situación financiera insostenible.
Las razones legales detrás de una decisión sin precedentes
La revocación de Credipyme se fundamenta en el artículo 97 de la Ley de Uniones de Crédito, que establece causales específicas para que la CNBV, con acuerdo de su Junta de Gobierno y previa audiencia de la sociedad interesada, pueda declarar la cancelación de la autorización.
Entre las causales que aplican al caso destacan: la falta de viabilidad financiera al no mantener el capital neto requerido o cuando el capital contable resulta inferior al capital mínimo obligatorio; la realización de operaciones prohibidas o sin autorización; el incumplimiento de acciones y medidas correctivas; y la violación de límites operativos establecidos por la legislación.
Particularmente grave resulta la acusación de que la entidad no registraba en su contabilidad su situación financiera real y proporcionaba información falsa, imprecisa o incompleta en múltiples ocasiones. Esta práctica, conocida como ocultamiento y alteración de información financiera, socava los principios fundamentales de transparencia que deben regir cualquier institución del sector.




