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El pasado 19 de agosto, durante la conmemoración del Día Mundial del Orangután, se anunció un descubrimiento inesperado que, desde una perspectiva evolutiva, biológica y antropológica, cuestiona lo que sabemos sobre los animales y la idea del ser humano como único animal racional.

En las profundidades de Sumatra, una isla de Indonesia, investigadores hallaron a un orangután con habilidades cognitivas dignas de un "médico". Este primate, considerado por la ciencia como un primo lejano de la especie humana en la escala evolutiva de los grandes simios, recibió el hombre de Rakus y fue captado mientras se hacía curaciones en una herida profunda en su rostro.

De acuerdo a datos revelados por National Geographic, el episodio no es algo reciente, pues ocurrió en junio de 2022 en la estación de investigación Suaq Balimbing, dentro del Parque Nacional Gunung Leuser. Allí, un equipo de científicos del Instituto Max Planck monitorea orangutanes de forma no invasiva desde hace décadas.

"La herida comenzó a sanar solo unos días después del tratamiento", explicó Laumer, autora principal del estudio publicado en mayo de 2024. Según la bióloga, los animales nunca son molestados y viven plenamente como seres salvajes.

Rakus, el orangután médico. Fuente: National Geographic.
Rakus, el orangután médico. Fuente: National Geographic.


Rakus, el orangután médico que reescribe la historia de los animales

El orangután Rakus sorprendió a la ciencia al tratar con precisión una herida en su rostro con una planta medicinal. "Es la primera observación de un animal salvaje que realmente trata su herida", afirmó Isabelle Laumer, del Instituto Max Planck.

Para Mary Ann Raghanti, antropóloga biológica de la Universidad Estatal de Kent, este hallazgo "nos permite comprender cómo nuestros antepasados pudieron haber desarrollado su farmacia natural" y replantear el origen de la medicina.

Qué método usó el orangután Rakus para curar su herida y qué tipo de herida era

Rakus presentaba una lesión profunda en la mejilla derecha, probablemente ocasionada por una caída desde un árbol o una pelea con otro macho. "La herida supuraba y tenía un aspecto espantoso", relató Laumer.

El orangután masticó hojas de la planta Akar Kuning y aplicó el líquido directamente sobre la herida durante siete minutos. "Después colocó una parte sólida de la hoja como cataplasma", explicó la investigadora.

Ilustración de un orangután masticando hojas de planta Akar Kuning.
Ilustración de un orangután masticando hojas de planta Akar Kuning.

Cómo aprendió a curarse en medio de la selva ¿quién le enseñó?

Los especialistas reconocen que el aprendizaje de Rakus sigue siendo un misterio. "Podría haberlo descubierto accidentalmente al tocar la herida con la mano impregnada de la planta", señaló Laumer en entrevista con National Geographic.

Otra hipótesis apunta al aprendizaje social. "Durante los primeros años, las madres orangutanas enseñan intensamente a sus crías, lo que facilita un aprendizaje extraordinario", destacó Raghanti, subrayando que Rakus pudo haberlo aprendido de su madre o de otros ejemplares.