

La reconocida empresa de vuelos privados Verijet se declaró en quiebra mediante el Capítulo 7 de la ley estadounidense, lo que ocasionó la cancelación total de sus operaciones. La compañía surgió como una alternativa de lujo a los vuelos chárter no logró sostener sus finanzas.
La declaración de banca rota implica liquidación completa de activos y cierre definitivo de la firma de vuelos privados de lujo. Verijet se posionó desde su fundación en 2020 como parte de un mercado emergente dentro de las aerolíneas en Estados Unidos. Su flota de pequeños jets Cirrus SF50 Vision, de bajo consumo y vuelos cortos, ofrecía un servicio ágil y personalizado sobretodo a destinos exclusivos como Bahamas, República Dominicana e Islas Caimán.
Sin embargo, detrás de su pantalla de innovacióny vanguardia, la empresa sucumbía en deudas millonariasque causaron la implosión de sus servicios.
De cuánto es la deuda millonaria de Verijet
La noticia del quiebre de Verijet llegó unas semanas después del fallecimiento de su fundador y CEO Richard Kane. De acuerdo al medio The Street, la empresa acumulaba deudas superiores a los 38,7 millones de dólares, de los cuales más de 10,5 millones correspondían a clientes del programa "Jet Card", que permitía contratar horas de vuelo privadas por anticipado.

La situación de la compañía se agravó tras la muerte súbita de Kane, a los 60 años, quien fue víctima de un ataque al corazón a fines de septiembre. Como consecuencia, la empresa quedó sin liderazgo y sin rumbo financiero.
"Verijet es la culminación de una década de trabajo para aumentar la velocidad efectiva de los viajes puerta a puerta, reducir la huella de carbono y acústica, y abrir la aviación privada a más personas, abriendo así la puerta a la cuarta ola de viajes de alta velocidad. Introduciremos movilidad personal disruptiva para garantizar la seguridad de la familia", era el espíritu de su fundador, de acuerdo a su aún activa cuenta en LinkedIn.
Qué pasará con los vuelos pendientes y sus pasajeros
El ocaso de Verijet llegó acompañado de múltiples demandas de parte de sus clientes y exempleados. Entre los casos destacados se encuentra el de Sam Crigman, quien en noviembre de 2024 demandó a la compañía por "numerosas demoras, vuelos cancelados e incontables excusas por la falta de prestación de los servicios de vuelo", luego de pagar $147,812 dólares en una tarjeta de 50 horas de vuelo que nunca se concretaron.
También fue emblemático el caso de Brandon Kruse, quien obtuvo una sentencia favorable por 328.000 dólares en abril de 2025 por compensación a vuelos no provistos. A estas se le sumaron otras demandas similares presentadas por empresas de chárter, arrendadores y antiguos empleados.




