

Un avión comercial de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue derribado aparentemente con un misil en la zona este de Ucrania, controlada por los separatistas prorrusos, en una nueva tragedia aérea cargada de misterio, acusaciones cruzadas e hipótesis no confirmadas. Hasta el cierre de esta edición las dos partes del conflicto ucraniano se achacaban la responsabilidad del ataque, que no dejó sobrevivientes.
El avión, un Boeing 777, volaba de Amsterdam a Kuala Lumpur y desapareció de los radares cuando volaba a 10.000 metros de altura por la conflictiva Ucrania. Cayó en la región de Donetsk, bajo control de los rebeldes prorrusos. Malaysia Airlines dijo la ruta había sido declarada segura por el brazo de aviación de la ONU, la Organización Internacional de Aviación Civil.
Hasta ahora nadie se adjudicó la autoría del derribo, pero sí hubo acusaciones cruzadas.
Ucrania culpó a los rebeldes separatistas por lo que consideró un acto de terrorismo. Pero líderes separatistas negaron estar involucrados y dijeron que el autor había sido un jet de la fuerza aérea ucraniana.
Desde ambos bandos también se habló de un ataque por error. El gobierno ucraniano divulgó grabaciones que, según dijo, eran de oficiales de inteligencia rusos discutiendo el derribo de un avión de línea a manos de rebeldes que lo habrían confundido con una aeronave militar ucraniana. Desde que empezó el conflicto, los separatistas han derribado al menos 10 aviones militares ucranianos, pero que volaban a baja altura.
Los separatistas, por su lado, dejaron trascender a través de la agencia rusa Interfax que el avión habría sido derribado por un misil ucraniano que, en realidad, tenía como objetivo el avión que trasladaba a Vladimir Putin, que pasó 20 minutos antes por esa región. Putin volaba de regreso a su país tras participar de la cumbre de los Brics en Brasil.
La escala del desastre podría aumentar la presión internacional para resolver una crisis que ha causado cientos de muertes en Ucrania desde que protestas sacaron del poder en febrero a un presidente respaldado por Moscú y Rusia se anexionó Crimea un mes después. Justamente Washington aumentó ayer las sanciones a Rusia por este conflicto.
Putin no dudó ayer en achacar a Ucrania la responsabilidad de la terrible tragedia. Pero su par ucraniano, Petro Poroshenko, respaldado por Estados Unidos y Europa, aseguró que las fuerzas armadas ucranianas no habían realizado disparos que hubiesen podido alcanzar objetivos en el aire. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá hoy de urgencia.


