Los países occidentales incrementaron ayer la presión para hallar una salida diplomática con Rusia, acusada por Ucrania de haber elegido la guerra luego de que comandos prorrusos se apoderaran de la Península de Crimea.

La crisis, una de las más graves entre Moscú y Occidente desde el fin de la Guerra Fría, provocaba caídas en las bolsas (la de Moscú se derrumbaba más de un 5%), así como el desplome del rublo y alzas en el precio del petróleo (Ver suplemento F&M, pág. 3).

El secretario de Estado norteamericano John Kerry anunció que hoy visitará Kiev, para reiterar el fuerte apoyo de Estados Unidos a la soberanía, independencia e integridad territorial de Ucrania., mientras los europeos estudian sanciones diplomáticas y comerciales contra Rusia sino retira sus fuerzas de Ucrania.

Estados Unidos pidió además el envío inmediato de observadores de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), para ver sobre el terreno la situación en esa ex república soviética, independiente desde 1991.

El presidente Vladimir Putin consideró que Rusia había dado una respuesta totalmente adaptada a la amenaza constante de actos violentos por parte de las fuerzas ultranacionalistas ucranianas, aunque en una conversación con la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, aceptó la creación de un grupo de contacto para iniciar un diálogo político sobre Ucrania.

La tensión persistía ayer en Crimea, aunque se han evitado hasta ahora los enfentamientos.

La Península de Crimea es una zona autónoma ucraniana de dos millones de habitantes, en su mayoría de habla rusa, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro.

La base militar de Perevalne, que alberga a una unidad de guardacostas ucranianos, a 20 km de Simferopol (la capital de Crimea), fue rodeada por cientos de hombres armados de fusiles automáticos, constató la AFP.
Varios sitios estratégicos de la península, bases militares, aeropuertos y edificios oficiales crimeos fueron bloqueados por hombres armados, cuyos uniformes carecen de insignias, pero que según los observadores son soldados rusos.

China rompió ayer su silencio sobre la crisis ucraniana en el Consejo de Seguridad de la ONU y llamó a todas las partes a buscar una solución política y dentro de la legalidad al conflicto. El embajador chino ante las Naciones Unidas, Liu Jieyi, dijo que China respeta la unidad y la integridad territorial de Ucrania, pero no condenó la presencia de tropas rusas en territorio ucraniano y señaló que hay razones que explican la actual situación.

El representante chino subrayó además que su país defiende la no interferencia en los asuntos internos de otros Estados.