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Diez pizzerías emblemáticas de la Ciudad recibieron un reconocimiento especial por su aporte a la cultura gastronómica, uniendo tradición, historia y sabor en cada porción.
Se trata de una distinción otorgada en el marco de la Semana de la Pizza y la Empanada, organizada por la Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas de la República Argentina (APYCE). La iniciativa busca destacar a los locales que, con sus recetas y su permanencia en el tiempo, se convirtieron en símbolos de la identidad porteña.
Cuáles son las pizzerías reconocidas
El listado reúne a verdaderos clásicosde distintos barrios de la Ciudad:
Güerrin, fundada en 1932 sobre la Av. Corrientes, famosa por su pizza al molde y su ambiente siempre concurrido.
El Cuartito, otro ícono de Corrientes con más de 80 años de historia y paredes llenas de fotos que retratan la tradición futbolera y cultural.
Las Cuartetas, una de las preferidas de los fanáticos del molde alto y crocante.
Banchero, pionera en la creación de la fugazza con queso, ubicada en pleno barrio de La Boca.
La Mezzetta, en Villa Ortúzar, conocida por su fainá y su fugazzeta.
La Guitarrita, con sus locales de Núñez y Belgrano, célebre por su estilo futbolero y ambiente de cantina.
Santa María, ubicada en Villa Devoto, otra referencia barrial que se ganó un lugar en la memoria de los vecinos.
San Antonio, una esquina histórica de Villa del Parque con clientes fieles de varias generaciones.
El Imperio de la Pizza, frente a la estación Chacarita, un punto de encuentro obligado para los que buscan porciones rápidas y abundantes.
La Rey, frente al Obelisco, donde la pizza al corte se volvió un clásico de la movida nocturna porteña.
Avenida Corrientes. (Fuente: archivo)
Más que un plato, parte de la identidad porteña
Desde hace décadas, la pizza es mucho más que una comida rápida en Buenos Aires: es un ritual compartido entre amigos y familias, una salida después del teatro en la Av. Corrientes o un punto de encuentro tras una jornada de trabajo.
La Semana de la Pizza y la Empanada invita a recorrer estos locales emblemáticos y a redescubrir la variedad de estilos que ofrece la ciudad: desde la clásica al molde con abundante mozzarella hasta las versiones más finas y crocantes.
Con este reconocimiento, Buenos Aires consolida su prestigio internacional como destino gastronómico, con un producto que combina recetas inmigrantes, identidad barrial y pasión popular.
